.
El último día de diciembre le pregunté a Astrid: "¿Estoy mal por querer ver la película de Gloria Trevi?", a lo que ella dulcemente me contestó: "Sí estás muy mal, ¡pero yo también la quiero ver!". Así que, ni bien comenzó el dos mil quince, nos alistamos para mirar la 'biopic' de la Trevi, que, al menos en apariencia, sólo podía ser una oda al mal gusto.
Porque seamos honestos, los que tenemos entre treinta y cuarenta años, dimos puntual seguimiento a la historia develada por Pati Chapoy en Ventaneando, que se conoció más tarde como la truculenta secuencia de hechos que culminó en el 'Clan Trevi-Andrade'. Recordamos cómo Gloria Trevi le vació el agua de un jarrón a Pepillo Origel, cómo subió sus patotas a los sillones paupérrimos del set de Tv Azteca, la cara desfigurada por la ira cuando Chapoy anunció que Gloria regresaba a Televisa, incluso recordamos aquellos noventas tempranos, en que la programación del canal siete y del canal trece era la misma, salvo por el infame programa 'A todo dar', en donde niñas de no más de ocho años imitaban o trataban de imitar los movimientos hoscos y salvajes de la Trevi mientras hacían playback con "Doctor Psiquiatra", "Pelo suelto" o "Agárrate". Próceres y visionarios ellos de la televisión actual de provincia: Alby Casado y Juan José Peña. No me avergüenza decirlo pues es parte de mi historia, en la secundaria tuve de compañero por un tiempo a un hijo de Alby Casado, Dino. Que tenía el nombre más estúpido que he oído, pero que era, también, estúpidamente rico. Sus abuelos, Sergio Peña y Kippy Casado tenían la casa más grande que recuerdo, en ella, la habitación de Dino era dos veces el tamaño de mi casa, justo como la recámara de Bart cuando se va a vivir con el Señor Burns. Pero en fin, esa es otra historia y no creo que merezca la pena ser contada en otra ocasión.
Todos sabemos qué fue de Gloria Trevi, de su encierro en Brasil y de su extradición y posterior liberación, de sus hijos, una muerta y desaparecida y otro nacido en prisión, de sus "éxitos" musicales y cinematográficos, de sus calendarios calenturientos para púberes, de su renacimiento como reina gay y de sus fracasos televisivos más recientes.
No es necesario que nos demos baños de pureza con eso, #TodosSomosGloria ah no. O bueno, no sé. Todos conocemos los recovecos de la historia y está por demás hacer un recuento, sin embargo, los productores y escritores de la película "Gloria" lo olvidaron y decidieron que la cronología no debe de importarle a nadie porque 'fuck it'.
Para empezar, el casting es afortunado sólo en los dos principales roles, dado que tanto la actriz que encarna a la Trevi como el gordo que hace de Sergio Andrade lo hacen muy bien -dentro de las limitaciones que el insufrible guión les ofrecía-, pero ni los personajes reales que aparecen de casualidad ni las demás niñas están bien representados. La pusilánime Mary Boquitas es más un adorno y un recurso para echarle la culpa a alguien de arruinar una escena que un personaje fuerte, y debería ser o, ya que está presente en el noventa por ciento de las escenas, aunque sea de decoración. A Aline Hernández le hicieron un favor pues nunca fue ni bonita ni atractiva siquiera, y la pseudo-actriz que la representa, aunque se supone que es menor de edad, sí está muy buena. Por el contrario, a Karina Yapor la perjudicaron más porque le escogieron a la no-actriz más fea que encontraron que por la veracidad de sus acciones dentro de la historia. Los demás personajes están tan caricaturizados y ridiculizados al extremo, que no vale la pena detenerse en ellos, simplemente hay que hacer mención de que solamente sirven para meter ruido en un guión por demás falible. Las tristes parodias de Raúl Velasco, Paty Chapoy, Ricardo Salinas, Emilio Azcárraga, entre otros, no sirve ni como 'comic relief' en una trama que intenta ser melodramática sin lograrlo.
De ahí mi siguiente gran queja. El lenguaje utilizado en el guión de Sabina Berman es más propio de Shanik del mismo apellido que de una escritora publicada y laureada. No porque me guste su estilo, que lo tiene, pero esta película no la representa. Términos como "la cagaste" no son, de ninguna manera, adecuados para la época en que se desarrolló la historia realmente. Sería una peccata minuta si tomamos en cuenta que el guión jode la cronología de los hechos para adecuarlos a un hilo que no se entiende realmente cuánto dura. Por el embarazo y el crecimiento de las niñas podemos darnos una idea, pero ni así. Sobre todo porque todos sabemos qué fue lo que pasó.
Por último, las actuaciones del cast son deprimentes. A la no-actriz que (no)interpretaba a Karina Yapor, solamente le faltó alzar alternadamente los brazos mientras decía sus líneas, que peor, son de las más dramáticas y fuertes de la parte final de la película. Y eso es lo leve. Pero, para ser congruente con lo dicho aquí, sí se me enchinó el cuero cuando sonó "El recuento de los daños". Me reí de las situaciones absurdas reales y de ficción, y me pareció original (aunque mal logrado) el recurso de los videoclips insertos en la película.
¿Me divertí? ¡Sí! ¿La recomiendo? !No! ¿La vería de nuevo? ¡Dios no! ¿Desquité el boleto y el combo nachos? ¡Por supuesto! No es la obra definitiva que cambiará el rumbo de la cinematografía nacional, pero es entretenida por momentos, y tampoco es que sea "Un paseo por las nubes" para que me aburra hasta la muerte.
¡¡¡ letem bi lait !!!
.
domingo, 11 de enero de 2015
… Lo tienes bien merecido ...
Vainilla con:
abandono,
apego,
arte,
blasfemias,
cabronas,
cine,
cuernos,
dinero,
emo,
historias,
internet,
libertad de expresión,
machismo,
mamadas,
no debería,
odio a la gente,
televisión
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Jaja, yo también quiero verla… a pesar de la crítica… y me gusta 'un paseo por las nubes'.
¬¬
Sigo sin ser un robot, pero tu blog no lo entiende… aunque soy la única que comenta por aquí.
:D
Publicar un comentario