lunes, 22 de junio de 2009

... REALIDAD DE FICCIÓN ...

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Fui el alma de la fiesta. Bailé tanto y tomé tanto y aparecí en tantas fotos que nadie se dio cuenta de que mi camisa tenía un hoyo en la axila derecha.

Era catorce de febrero y Daniela me había invitado a su casa, no como yo habría querido, claro; era una fiesta, la más grande y multitudinaria fiesta de solteros que habría en la ciudad. Había que ir de rojo para celebrar que no nos importaba el amor, lo único que valía la pena era la perspectiva de tremendo bacanal en la palapa junto a la alberca de la casa de Daniela.

Me había puesto mi mejor camisa, al estilo de Charlie Harper, camisa de boliche, aunque bueno, de este lado del muro se diría que es una guayabera, blanca, con dos líneas al frente, jeans normales y botas negras. No había de otra, esa noche sería mi noche.

Daniela estaba espectacular, aunque tenía los ojos más hermosos de toda la ciudad, había algo en ella que no me convencía, además, como buena anfitriona no tendría tiempo para atenderme como me lo merecía, sólo a mí, quiero decir.

Y entonces la noté y supe que ella también me notó. Rubia, ojos verdes y sonrisa hermosa, cuerpo de tentación, vestido negro y corto que resaltaba sus curvas delicadas. ¡Oh sí! Me acerqué con un vaso en la mano y lo ofrecí a sus labios. Ella bebió como posesa mientras su mano buscó la mía, mientras que yo busqué su cintura. En el camino, rocé con las yemas de los dedos el borde de la tanga que se sentía bajo la delgada y vaporosa tela de su vestido. Ella se estremeció.

Bailamos como si yo fuera Diego Luna y ella Maribel Verdú, afortunadamente no apareció un Gael cualquiera a arruinarlo todo. Cierto es que ella no estaba en sus completos cabales, o bueno, no. Mejor me gustaría pensar que al verme, cualquier traza de pudor se le olvidó para dejarse llevar al cielo al que la conduje. No había más que hacer, pero a propósito demoré el momento para hacerlo más y más deseable. Bailamos dos o tres canciones, el ritmo no importaba, ni siquiera el que nadie más lo hiciera, ni siquiera el que todos nos miraran. Ella buscaba mi boca con sus labios pero yo me apartaba siempre en el último momento, no había prisa. Suave y en un susurro le pregunté su nombre. “Maguisol” me dijo, también en un susurro y con un sutil acento francés. Eso terminó de derretirme.

Con un rápido movimiento mis dientes apresaron su labio inferior y sin más palabras, la tomé de la mano y la guié hacia el sótano. Hacía frío en las escaleras y al poner mis dos pies en el piso me detuve, sus pequeñas pero firmes tetas se estrellaron contra mi espalda.

Me volví hacia ella y nuestras bocas se encontraron furiosas. Sus muslos se tensaron y con un amago de salto mis manos los apresaron, levantándola. De película, sus piernas duras rodeándome por la cintura, sus brazos sobre mis hombros y mis manos sosteniéndola al tiempo que subían poco a poco su vestido. La llevé hasta el cancel que conducía a la cava, ahí, en el escalón que lo precedía la solté y descansó para casi quedar a mi altura.

Las bocas no se separaban más que para tomar aire mientras que ella intentaba casi sin éxito evitar que subiera en exceso su vestido. Eso me molestó un poco pero no podía ya hacer como que no me incomodaba la dureza dentro de mis pantalones. La tomé de los hombros y la giré. Quedó de frente al cristal cada vez más empañado, con una mano sostenía sus dos muñecas por encima de su cabeza mientras le besaba la nuca y el cuello y le mordía las orejas. Liberé su mano derecha que cayó delicadamente por su costado y entonces bajé uno de los tirantes de su vestido, devolví la mano a su lugar e hice lo mismo con la izquierda. Sus pezones se irguieron al instante al sentir la cercanía del vidrio frío y mis dedos los hicieron suyos de inmediato.

Le dije al oído que iba a soltar sus manos pero quería que las mantuviera sobre su cabeza. Lo hizo sin chistar. Ahora tenía las dos manos libres para recorrerla, la derecha trabajaba en su pecho mientras la izquierda se aventuraba entre sus piernas. El delgado vestido cedió pronto y la tanga, delgada también, se deslizó hacia un lado con la facilidad que su excitación proveía.

Mis dedos de serpiente profanando su intimidad la hacían gemir y moverse rápidamente. Gimió un par de palabras que no entendí. Me acerqué y entre su placer y mi respiración pude escuchar las palabras que más podrían matar mi libido.

-Tengo diecisiete- Me dijo.

Al instante, el bulto dentro de mis pantalones cedió, mis manos se retiraron y ella se volvió hacia mí, cubriéndose.

-Perdón...- Murmuró.

-No te preocupes. ¿Estás bien?

-Sí, sí, todo está muy bien, no soy virgen, pero quise que lo supieras.

-No, no. Está bien. Todo bien. ¿Volvemos a la fiesta? Oye ,¿te gustaría ser conductora de televisión? Hay un casting el martes ...







¡¡¡ letem bi lait !!!

11 comentarios:

Nena dijo...

Fiesta de Berlusconi?
Je

G L O R I A dijo...

Jajajajá.
Pero la fajoneada nadie te la quita.
Tus relatos de coitos frustrados me encantan.

Dib dijo...

Yo creo que eso fue lo segundo peor que te pudo haber dicho.

Lo peor que te pudo haber dicho era algo similar a:

"Hace dos semanas era hombre".

Lady Diabla dijo...

esa foto que? es ella?

oh tan parecido a 30 de noviembre!

oye y luego que con la niña de fuego? porque puras teens ultimamente?

Luisz dijo...

Nena: ¿Algún día llegaré a ese nivel de decadencia en mis fiestas? Lo dudo, pero si tú lo alcanzas, ¡me invitas!

INDESEADA: Jajajajajaja, 'coitos frustrados' jajajajaja.

Dib: ¡No! Hasta me dio miedo y mi siesta vespertina se vio alterada por pesadillas homosexuales. Aaaaargh.

Diabla: Esa foto fue durante el casting. ¿Qué te puedo decir? Es el estilo, supongo. Y también lo de las teens. Snif. Niña de fuego está en la etapa de inmolarse, ya veremos si como el fénix... O no.

la chida de la historia dijo...

Juar juar juar!!!!!

Lo siento, fue inevitable...

Argh!...

Saluditos desde muletolandia....

Bah!

Kuruni dijo...

ahhhh no manches...

Me aventé todo el choro y al final me sentí como sería si viera telenovelas:

"nooooooo O_o"

jajajaja.

chido relato.

Jo dijo...

ya veo asi haces los castings!
he escuchado cosas peores que hasta yo coloco la tanguita en su sitio!

Anónimo dijo...

no hubieras parado...
ya ella estaba ahí, deseandote igual que tu.

Sachery Guevara dijo...

jajaja yo, hace algunos años hice algo parecido, ahora me imagino como se habrá sentido el tipo.

Anónimo dijo...

MAR:
Sí este relato no le pusiste de tu cosecha y es veridico...quiere decir que en mi ausencia el 14 de febrero te lanzaste a los brazos de la medio francesita chiqui jajaja...que barbaridad!

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