viernes, 8 de mayo de 2009

... Las recochinas dudas ...

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Cuando estaba en la secundaria, me pasaba de huevos mi cumpleaños. Todo el día en la calle. Iba a la escuela y los profesores se hacían de la vista gorda si se me daba la gana no entrar a sus clases y retozar en el pasto, lejos, con Mayté, o con Cecilia o con Ivone. Obvio, éramos tan pocos en toda la escuela que si uno faltaba era más que notorio, sin embargo había un pizarrón enorme que la directora se encargaba de mantener actualizado con las fechas de los cumpleañeros de la semana. Y el del día que correspondía subrayado y con marquito rojo pa’ que resaltara. Entonces no había pretexto para que nadie olvidara el cumpleaños de nadie. So rude y apestado quien no felicitara a otro, aunque fuera hipócritamente. Y es como lógico pensar que un día antes del día de las madres nadie me pelaría, pero para eso estaba el as bajo la manga. Por la noche del nueve, salir todos en bola, con el pretexto de celebrar mi cumpleaños y pasadas las doce de la noche, ir a despertar a las madres de todos con una grabadora de sonido potente y canciones típicas del día de las madres (o no tanto). Las mañanitas (obvio), Señora, señora, Madrecita, La incondicional, y hasta Querida de Juanga ya avanzada la madrugada. ¡Qué divertido que era!

Mañana por fin es mi cumpleaños número veintisiete y en términos generales no se siente distinto de los veintiséis anteriores (o al menos de los que recuerdo). No soy fan de las felicitaciones sin sentido, nacer no es un gran logro, es más, ni siquiera es uno, y menos por cesárea, pero eso ya es manía mía; felicítenme cuando cumpla años mi blog (otra vez), o cuando gane un Ariel, o de perdis una Pantalla de Cristal. No creo que el aniversario de mi venida al mundo sea un momento de reflexión y de hacer un recuento de lo que ha sido mi vida, al menos no más de lo que sería cualquier día normal. No creo en los análisis de consciencia, de pocas cosas me arrepiento a lo largo de toda la vida petaca. De no haber aceptado la beca de tocho por cuestiones de salud, que igual y ni hubiera pasado nada y ya estaría retirado ja; de no haberme quedado hasta el final del recorrido en la UAM e inscribirme ahí; de no haber querido esperar un año para entrar a la UNAM; de haberme inscrito a la maestría del nabo; de no haber sido lo suficientemente fuerte para imponer mi decisión cierto día de 2004; de no haberme ido a Cancún cuando debí y de haberlo hecho cuando no.

Veintisiete años tenían al morir Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Brian Jones, Kurt Cobain, y un largo etcétera de desconocidos que decidieron (o no les quedó de otra) terminar con su existencia a esa edad cuyo número, en sí mismo no tiene mayor chiste más que el ser un nueve. Veintisiete, dos más siete igual a nueve. Y me gusta el nueve. Aunque numerológicamente, el nueve no es más que cero. Si fuera algo místico, todos ellos hubieran muerto a los treinta y tres años, la edad en la que murió Cristo y la edad a la que Frodo heredó el anillo, o a los cincuenta, la mitad de un siglo, la mitad del camino. Pero no, coincidió a los veintisiete y no tiene sentido alguno. De cualquier manera, yo no voy a morir a esa edad, y si lo hago, no voy a ser famoso y célebre por ello. Todos esos ilustres personajes ya eran conocidos y reconocidos antes de colgar los tenis (o las sandalias jipis), y yo nel, aún tengo cosas que hacer y que ver y que sentir y que tocar. Y que probar.

Hace diez años, mis planes para los veintisiete eran otros, completamente. Brisa y yo comenzábamos nuestro idilio y de nuevo, cuando se es joven, imberbe y enamorado uno piensa que las cosas pueden durar para siempre. No hay palabras para definir la decepción que nuestros futuros nosotros les causarían a los optimistas de entonces. Idealmente, en el transcurso de mis veintisiete años estaría naciendo nuestro segundo hijo, hombre, por cierto, la primera sería niña y yo la llamaría Idril, Brisa la llamaría Georgina, pero no importa, para mí sería Idril para siempre y estaría por cumplir dos años, o ya lo hubiera hecho. Eric se llamaría el niño, Santiago por parte de su madre. Nada muy extravagante, hasta clásico diría yo, pero esos sueños de juventud son invaluables mientras tienen posibilidades de hacerse realidad. Después ya son solamente nostalgia. Tres decisiones y dos accidentes en consecuencia tienen la culpa de que ese sea un presente paralelo que otro yo esté viviendo en otra dimensión, en la que una tangente se creó para ir a una línea de tiempo que corre al mismo tiempo que esta. Y la debe estar pasando bomba. Yo lo haría.

El sábado nueve de mayo de dos mil nueve cumplo veintisiete años. Mis planes para ese día son simples, pero no puedo negar (no aquí) que la semana pasada tenía el extraño presentimiento de que recibiría una invitación a viajar cuatro horas y media de ida y otras tantas de regreso. Nueve horas de mi cumpleaños trepado en un autobús. Y aunque no hubiera sido del todo desagradable, me alegro que no haya sucedido. En cambio, el sábado nueve de mayo de dos mil nueve resultará definitivo (de acuerdo, exagero) para el porvenir. Ese día habré de responder a una pregunta que jamás fue hecha, pero que fue insinuada hasta la saciedad el fin de semana pasado.

¿Recuerdan? Entre la algarabía de sabernos de vuelta, los recuerdos y los sentimientos fluyeron naturalmente, mis ojos (verdes, hermosos) debieron tomar esa forma borreguil al mirarla tan frágil, tan sola, tan satisfecha, tan dormida, tan desnuda aun estando cubierta con una sábana y un par de cobijas. Carajo, que no puedo creer que de verdad esté considerando seriamente la posibilidad. Ya lo dijo mi consciencia: ‘Si lo estás pensando es por algo’. Obviamente, pasará lo que tenga que pasar y si dentro de un estado alterado decido que es lo que quiero para el siguiente tramo de mi vida, seguramente lo haré. Aunque sea por despecho, aunque sea por no querer hacerle frente a la perra soledad, aunque sea por tener alguien de quien recibir mensajitos cursis que me arranquen una sonrisa a mitad del día, aunque sea por pensar con las patas, aunque sea por calientes, aunque sea por infieles pero leales. Aunque en el horizonte haya más dudas que certezas. Aunque no sea prioridad. Aunque sea el camino más rápido al final. Aunque sea por las razones equivocadas, ¿a quien le interesa?

Hoy hace doce años, más bien, mañana hace doce años fue la primera y única vez (hasta ahora) que le pedí a alguien que fuera mi novia el día de mi cumpleaños. ¡Ah, Laurita! ¿Qué habrá sido de ti? La primera vez que me enfermé de amores, que perdí la cabeza por una mujer. Ahí fue cuando todo se fue al carajo. En ese momento estuve perdido de por vida. Ahí decidí (aunque no es que me quedara mucha opción, la verdad) que todas mis acciones y palabras estarían dedicadas, y acaso motivadas por las mujeres de mi vida.

Mañana no habrá necesidad de hacer la pregunta, pero sí de responderla aunque nunca haya sido hecha. Ya está en el aire. El saldo de mi celular se agota y si todo se da como se vislumbra, eso será una constante: llamadas interminables, mensajes llenos de miel y cosas por el estilo, ella es así, y yo también, para qué negarlo. A ver si el domingo o el lunes les cuento que tal me fue.

Ya lo sé. Ya sé. Más rápido cae un hablador que un cojo …

… ¿ Y ?




¡¡¡ letem bi lait !!!

5 comentarios:

Jo dijo...

recochinas dudas me amenazaban antes de comenzar los 24 después se tornaron mas constantes y se atribularon dia a dia como apilandose en preocupación y crisis de identidad, de edad y de vida

te mando 27 abrazos y besos al menos a mi no me regañan ... y claro... una mordida de galleta de vainilla no estaria mal compartirla

aunque tengo dudas si alcanza aún. Ando simple o me siento como una niña

en fin... ni al caso
quien tuviera 27 como tu.

Anónimo dijo...

MAR:
mmmm, yo no te felicitaría a ti, felicitaría a Dios y a la vida por darnos el placer de conocerte, de ver tus hermosos ojos verdes como tu los has dicho tantas y tantas veces, jajaja...Gracias por tantas palabras dichas, por compartir tus experiencias y por tornar un día distinto en mi vida, ya eres parte de ella y anticipadamente te envío un abrazo enorme (que espero algún día volver a verte para hacerlo en persona) te quiero mucho.Felíz día 9 y Felices 27 =D

la chida de la historia dijo...

Y shí!!!!

ganSItos o pingüiNOs.....

Espero con mucha curiosidad saber lo que habrá de suceder...

Abrazo y felicitación (NO) hipócrita... por tu NO logro...

FELIZ CUMPLEAÑOS!

Jo dijo...

Yo asumo que me gusta venir a dejar un mensaje o mensajitos cursis que arranquen una sonrisa a mitad del día, aunque no es que yo piense con las patas aunque haya mucho calor allá afuera... que recochina mi mente cochambrosa

bueno que he olvidado dejarte un feliz cumpleaños por adelantado.

asume que yo le voy a los pumas es un punto a mi favor.

﹒۰˚· ταηїα۰˚·﹒ dijo...

jajaj yo anhelando mis 26 y tu despidiéndolos... te voy pisando los talones, sólo dame un par de meses... feliz cumpleaños, un abrazo

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