domingo, 24 de mayo de 2009

... Aquella que me desibargüengoitiarice ...

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No me hagan mucho caso, pero he estado todo el fin de semana pensando en que escribir ahora. Tengo ganas de hacerlo, de escribir (y de todo, siempre, obvio), las ansias me recorren desde la sesera hasta las puntas de los dedos. Una nueva idea se agolpa en mis pensamientos y toma forma cada vez más palpable (si es que cabe el término). Ya han pasado seis meses desde la aventura noviembreril y muero, de verdad muero por intentarlo lograrlo de nuevo. El próximo viernes vence la convocatoria para Las Cuatro Esquinas del Universo, y el cuento con el que participaría se ha quedado en el mero marco conceptual, esa era la idea y siendo completamente realista, cinco días no me bastan para cumplir mis más altas expectativas. Este mes se lleva a cabo un evento mundial, que tiene el mismo objetivo que NaNoWriMo, pero que no participé por todo lo que pasó en la primera mitad de este año en mi vida petaca.

Bien, el punto es que quiero, ya lo necesito. No es lo mismo crear en la mente que plasmarlo de una manera tangible, obviamente la diferencia es abismal. Aunque no haya más que nubarrones de incertidumbre en los días venideros para mí, en lo profesional, y en lo de adentro también, sí estoy cien por ciento seguro de que algo que no quiero dejar de hacer jamás de los jamases es crear. Generar. Concebir. Y estar, sobrevivir, permanecer, observar. Quiero quedarme en el mundo el tiempo suficiente para vivir lo que me toque. Siempre llevado por el huracán.

En Dos crímenes, Jorge Ibargüengoitia, en la voz de Marcos 'el Negro' aporta a mi vida una frase que es la causante de mi completa y definitiva ibargüengoitiarización:

"¡Cómo cambia la visión de una mujer cuando uno ha hecho el amor con ella!".

Y es relativamente cierto, porque no se aplica a todas las mujeres. No me enorgullece el aceptarlo pero alguna vez sí lo comprobé. Antes yo la veía inalcanzable, tan hermosa como poderosa; tantos años de ver series de comedia de situaciones gringas hicieron mella en mí y llegué a decirme a mí mismo: 'She's in a way different league'. Frase cliché de las sitcom's, pero tan real que se palpa. Yo jamás creí tener una oportunidad con semejante mujerón que se presentaba ante mí con toda la altanería de que es capaz una persona. Solía mirarme por encima del hombro y eso provocaba que yo la viera no solamente inalcanzable, sino físicamente altísima, mucho más que yo a pesar de que no rebasaba los ciento sesenta y cinco centímetros. Trabajábamos juntos y aunque en nivel jerárquico estábamos a la par (si acaso un poco más arriba yo, pero ella no respondía ante mí, así que lo mismo da), yo me sometía a ella, a su personalidad arrebatadora y su cuerpo delgado pero marcado por la genética, pues era evidente que no hacía ejercicio alguno. Tenía un hijo, madre soltera además y trabajaba para mantenerse ambos, eso de entrada ya le daba una gran ventaja sobre mí. Sobre mí, que siempre me he parado el cuello y jactado de tener ese natural charm con la mayoría de las mujeres, pero no con ella. Simplemente nada de lo que hacía me funcionaba, por ningún motivo conseguía que volteara su mirada de ojos grandes hacia mí. Tenía tanto de todo, unas nalgas espectaculares enmarcadas siempre en mezclilla ajustada que no dejaba ver marca alguna de ropa interior; una cintura que (imaginaba) cabría perfectamente en mi brazo derecho; el cuello delgado y largo como me gusta para morder; un par de tetas pequeñas pero deliciosas y antojables que solía (des)vestir con escotes ligeros, algo que me mataba eran las sutiles marcas de bronceado (halter); pero lo mejor de todo era su sonrisa, contagiable aunque el sonido de su risa era como de payaso infantil baboso, sus dientes disparejos le daban ese toque de uniquez que me deslumbraba y que me hacían desear con todas mis fuerzas ser yo quien provocara su risa. Pero no podía, me intimidaba de tal manera que mi cara enrojecía notablemente cuando ella estaba cerca. Y por días y semanas fue así.

No sé en qué momento las cosas se acomodaron, los hados me hablaron al oído (o a ella) y mi fantasía recurrente de entonces se volvió realidad. Viaje de negocios, dentro de la misma ciudad pero que nos iba a forzar el estar juntos todo el día y toda la noche, si es que se requería. Yo feliz por un lado, pero extremadamente preocupado por el otro. ¿De qué íbamos a hablar en el trayecto? Era en lo absoluto improbable que ella no hubiera notado ya mi turbación, así que ¿cómo se comportaría? ¿Le molestaría pasar el día con alguien que claramente moría por ella? ¿Le divertiría? ¿Se burlaría de mí dejándome en calzoncillos en algún baño público? ¿Se aprovecharía de la situación para convertirme en su esclavo sexual?




La respuesta a éstas y otras interrogantes ...






... a continuación.




No hubo en realidad necesidad alguna de una conversación. Yo solamente asentía, soltaba monosílabos y expresiones hechas a la medida de sus relatos fantasiosos (decía yo) y de pronto hacía algún comentario corto pero gracioso que hacía que ella mostrara esa sonrisa que de tan cerca, ya no me parecía tan encantadora. Estaba más hipnotizado por el apenas insinuado rebote de sus tetas debido a lo accidentado del camino, mis gafas oscuras me permitían mirar su pequeño escote sin riesgo de sufrir las funestas consecuencias.

El trabajo fluyó sin naturalidad pero tampoco con complicaciones ni con demasiadas torpezas de mi parte. Cierto es que tiré un vaso de coca en la mesa, pero no había papeles importantes y no mojé a nadie, aunque si me apené en demasía. Cierto es que ella me miraba divertida, como si supiera exactamente que era lo que me estaba pasando y que era lo que estaba en mi mente a cada momento: Ella desnuda, sobre mí.

Terminamos temprano por mala suerte, tenía el tiempo suficiente para regresar a su casa en transporte público sin problemas. Mi oportunidad se me estaba escapando por entre las manos cual gel antibacterial, así que tímidamente propuse casi inaudiblemente: "¿Quieres ir a tomar algo? Yo invito". No me escuchó, pero se dio cuenta de que había intentado decirle algo. Al preguntarme que qué había dicho, se lo repetí un poco más fuerte y después de pensarlo por eternos segundos, respondió que sí, que si yo invitaba estaba bien. Ajá, el monstruo que habitaba en mí rugió de gusto aunque yo haya tratado (sin éxito, creo) mantener una actitud serena.

Los detalles son borrosos en mi mente, pero una frase de Sheldon explica lo que pudo haber pasado:

"There's always the possibility that alcohol and poor judgment on her part might lead to a nice romantic evening".

Acercamientos en el bar y unos cuantos besos, seguidos de la rápida demanda por la cuenta y el pago sin esperar el cambio. Huimos a mi departamento, la imagen de ella desnuda sobre mí subiendo y bajando rítmicamente es imborrable, su alborotada cabellera cubriéndole la mitad del rostro pero dejando ver sus dientes y su mueca de placer aún me visita en sueños.

El lunes siguiente, el ambiente en la oficina fue otro por completo. Ya no me parecía tan atractiva, ni tan deseable, sus dientes chuequitos me causaban extrañeza y su cabello enredado no me excitaba como antes. Sus nalgas seguían provocando en mí los pensamientos más puercos que se puedan imaginar. Pero fui capaz de hablar con ella de cualquier cosa, de evitar la rojez de mi cara cuando ella hablaba y de olvidar la tartamudez que solía atacarme en su presencia. No que haya sido el sexo más espectacular de la vida, al contrario, no fue la gran cosa, pero después de eso, sentí en verdad que el poder cambió de mano. Aunque para lo que importaba ya.

¡Lástima!

Era tan chido cuando todo era idílico. Después no fue sino una de treinta y tres.





¡¡¡ letem bi lait !!!

13 comentarios:

G L O R I A dijo...

Que no te las den nunca pues...
Así mantendrás el encanto intacto.
Saludos.

Nena dijo...

Exacto! Hay que evitar alcanzar el objeto del deseo algunas veces...

Luisz dijo...

INDESEADA: Ese no es un buen deseo para mí ... ¬¬

Nena: Snif.

Sachery Guevara dijo...

Siempre se disfruta mas el idealismo que llegar a la meta anhelada.

Aunque algunas veces la meta puede ser tan perfecta que te puedes perder en ella, eso me da miedo.

Jessica Sosa Echagaray dijo...

uy, no..... no, pos si....
pos si
pos si
pos si
asi me pasaba con alguien de la universidad. lo veia y me derretiiiiaaaa. ibamos en su carro y me daban ganas de arrancarle la camisa y hacerle cochinadas, jeje
y cuando finalmente se las hice, simplemente se fue el encanto
y ahora ya ni quiero verlo, jeje

Jessica Sosa Echagaray dijo...

y pos si, como dice INDESEADA, mejor aguantate y no tengas sexo pa que el ensueño se prolongue

Lady Diabla dijo...

miren nada mas al megalomano muchachito, te has preguntado cuantas pensaran lo mismo de ti?

por cierto tu ultimo post... se nota que te dio flojera poner algo nuevo jaja pero igual era mi parte favorita de la novela

Jo dijo...

zas...

Jo dijo...

o chin?

Luisz dijo...

Pandora!: No manches, hay cosas que dan miedo, pero jamás he entendido esa ansia de huir cuando todo es perfecto. Simplemente nola cacho ...

SEÑORITA ECHAGARAY: Ya sé, que feo es eso, debería haber una cremita pa'l deseo ja. Y nel, no me voy a aguantar (si puedo ja)

Diabla: Me gustaría muchísimo saber si alguien piensa eso de mí. Le haría saber que todo es cierto ja.

Jolie: Ñam. O ñamñam.

laniñadelosmilapodos dijo...

Juego de azar.

A veces es, a veces no

A veces sobrepasa, a veces deja mucho que desear.

Mi hermano decia que cuando lo haces con la persona que amas y que es tu "alma gemela" no hay nada mejor en el mundo. Y dejas de buscar.

Te hace decir como dice mi abuelo, "de aqui soy"

Aunque mi abuelo fue de muchos lugares jajajaja

Yo, finalmente le doy la razon a mi hermano. Cuando lo haces con amor de verdad, no hay nada mejor. De ahi soy.

Y de ahi sere.

Todos los encuentros pasados se disuelven en olvido.

Lo mejor? que en mi caso, la ensoñacion se quedo chica con la realidad.

te deseo lo mismo.

Y que hagas la cronica de la boda!

Nos vemos el sabado!

jess dijo...

Bueno, yo no soy de las chicas que los nenes suelen catalogar de inalcanzable.

Así que eso ayuda a que no se lleven mucha decepción en la cama jajaja!

Y después del sexo, yo generalmente me familiarizo con él.. ya no me da pena hacer o decirle cosas, pasar y darle una nalgada y sonreír mientras me voy, llegar por detrás y morderle la oreja, cursilerías así...

Lo único que sé sobre las artes amatorias, es que de quien hay que cuidarse, es de los que tienen finta de inocentones.... son los peores!!!

.... me ha pasado en dos ocasiones... y fui paloma por querer ser gavilán :S

Suerte pues con tus idealizaciones!

Anónimo dijo...

MAR:
sorry pero como buena choca tenia que decir esto : "desibargüengoitiarice" aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh =S ....... jajajaja, que feo que se te acabó el encanto tan rapido, pero ese tipo de cosas sirven para diferenciar cuando es o no especial jejeje.

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