viernes, 27 de marzo de 2009

... El idilio de las noches ya vividas ...

.



Resulta sorprendente cómo una sola frase de una simple canción puede llegar a significar tanto.


Al ir cayendo el alba
donde guardo mis amores
donde guardo los perfumes
de las noches olvidadas
necesario es que te diga:
me consume poco a poco tu partida

Al ir cayendo el alba
donde guardo tus amores
que le sirven de recuerdo
a mi vida solitaria
necesario es que te diga:
se me escapa de la mente tu sonrisa

No me dejes este día
no te vayas todavía de mi vida
que se me ha escapado el alma por la herida
de seguro que anda en busca de tu amor

No permitas vida mía
que el orgullo te arrebate nuestra dicha
el idilio de las noches ya vividas
hazle caso solamente al corazón

Al ir cayendo el alba
hago caso de tu ausencia
siempre espero tu regreso
con las velas encendidas
y en la cama, tu sonrisa
no te marches, complemento de mi vida

No me dejes este día
no te vayas todavía de mi vida
que se me ha escapado el alma por la herida
de seguro que anda en busca de tu amor

No permitas vida mía
que el orgullo te arrebate nuestra dicha
el idilio de las noches ya vividas
hazle caso solamente al corazón
te aseguro que anda en busca de tu amor



Otra canción inmortal en mi mente. Producto de largas desveladas en casa de mi ex amigo Rafael. De nuevo, cuando sea un éxito moriré de coraje por haber regalado los derechos de las letras. Ni modo. Lo que sea por conocer a la gente, pero esa es otra historia.

Nadie ni nada me quita el orgullo de haber fundado y establecido la (para mí) tercera Órden de los Búfalos Mojados, Club de Tobi, Alfie Patten Support Group o como quieran llamarle. Ja, claro, cliché machista/masculino/oloquesea. Rafael, Martín, Manuel, Miguel, Yamil, Emmanuel, Israel, Beto y Omar. Y Luis, obvio.

Viernes y sábados de constantes celebraciones al hedonismo tenían lugar en casa de uno de nosotros, siempre, sin falta. Casi seis meses en los que se vio prácticamente de todo entre cuatro paredes, a veces incluso detrás de ellas. Mi casa fue víctima algunas ocasiones, cuando vivía con mi hermano, él no chistaba en ser partícipe activo del desbarajuste, pero se quejaba amargamente cuando a la mañana siguiente había que limpiar todo. Eso sí, siempre que fui anfitrión, estaba estrictamente prohibido fumar dentro. Para eso estaba el balcón. A huevo. A Valeria también le tocaron las últimas reuniones, ya cuando éramos menos integrantes y por ende menos ruidosos, pero aún así, siempre se negó a ser parte de la tertulia, primero con el pretexto de que 'no entendía nuestros chistes mexicanos' y luego solamente se quejaba y se encerraba en la recámara, a la que yo tenía absolutamente prohibido entrar mientras no se hubieran ido los gorrones. Obviamente, ella se negaba rotundamente a limpiar al día siguiente. Así que me tocaba doble trabajo, hacer limpieza y contentar a una bonaerense encabronada. Pfffff.

Canciones y canciones e historias e historias salieron de esas noches. Algunas veces acompañados por ínfulas espirituosas y otras por infames espiritistas.

La frase que titula esta entrada lo ha representado todo. También cede su título a otro de mis blogs. Uno que casi nadie conoce y que casi nadie visita, pero que en sentimiento, vive mucho más cerca de mí que ningún otro en el mundo.

Todo por servir se acaba y las noches de desvelo y filosofía (cara y barata) fueron espaciándose más y más.Las amistades se terminan por algo tan vil como el dinero. Pero si dos mil quinientos pesos me costó la amistad de Rafael, no hubo problema, se la compré. Me dolieron las canciones pero me quedé con las ideas, con los libros y con la experiencia de diez mentes conjuntadas.

De todos modos, Ciudad Universitaria siempre estará ahí. Y los PUMAS también.




¡¡¡ letem bi lait !!!

martes, 24 de marzo de 2009

PELANDO LA BANANA. La cáscara. Volumen II.

.



Siempre fui/he sido/soy muy bocafloja para hablar de las mujeres de mi vida, debo reconocer que la privacidad y confidencialidad de mis asuntos pasados no es algo que se me de muy bien, sin embargo hay/hubo cientos de detalles que la gente no tiene porqué saber. Las que fueron/son importantes tienen su sitio en mi historia.

Una en especial volvió a mi cabeza ayer.

No que la haya yo pensado a propósito, ni que hubiera sido mi objetivo el hacerla regresar. Son karmas que cargamos, dèja vues de la vida en el menos estricto significado de la palabra. Nada que ver con el sentimiento ni con la extrañazón ni nada similar.

O tal vez sí. Pero diferente.

Resulta que el lunes por la tarde vi una fotografía en mi celular antiguo, una fotografía que ya conocía en donde Elizabeth se veía súper guapa pero con los dientes más amarillos que el pantalón de The Mask. La estatua de The Mask enfrente del Coco Bongo, en Cancún.

¿Quién hubiera dicho que acabaría viviendo yo en Cancún?

Hace tres años estuve a dos horas de venir a vivir aquí, siguiéndola. Lo único que me detuvo fue la férrea voluntad de mi madre a prueba de todo.

En agosto de 2005 salimos por primera vez, yo ya sabía que tenía un hijo de un año ya próximo a cumplir dos y no me importaba, de hecho*, tuve una etapa en la que me sentía fuertemente atraído por las madres solteras. Cosas de la psique. Pero Elizabeth me movió todo por dentro, un par de líneas de mi puño y letra plasmadas aquí hace un año (cuatro meses después de nuestra separación definitiva) le estuvieron dedicadas:

"... cuando la conocí me extendió la mano en un saludo
me apretó tan fuerte que me atrapó para siempre
sólo pensé en ese momento que no quería que me dejara ir ..."

Tetazo de mí. Nuestra primera cita fue en el bar de mi mamá. Obvio en la mesa más alejada de las miradas suegriles inquisidoras, pero de todos modos no era cómodo. La llevé a su casa a las once de la noche (tetazazo). Nos besamos, lento, y ahí decidimos estar juntos. Sin embargo no pensamos jamás en los obstáculos.

Su madre, mi madre, su hijo, el padre de su hijo, etc. Extraño. Mi mamá la quería más que a mí, y la suya me quería más que la mía propia (exagero). Elizabeth quería a la autora de sus días más que a nada en el mundo, quería a su suegra más que a su novio, o sea yo. Quería a su hijo por sobre casi todas las cosas y el pequeño me quería a mí. El manatí (como cariñosa y nada celosamente le puse al padre) sólo quería a su hijo viviendo con él. Tenía razón, yo lo haría.

Errante es la palabra para describirla. No la culpo ni nadie podría. Tenía que buscar su propia supervivencia y también la de su hijo, yo lo haría. El caso es que yo estaba viviendo mi periodo de estabilidad, tanto laboral como emocional y en esa parte era donde chocábamos irremediablemente (karma again). Sin embargo estuve a dos horas de tirar todo lo que tenía hasta ese momento a la basura por ir tras su sueño. Por venir tras su propio sueño que nunca fue el mío, hasta en ese momento. Mi madre, después de darme cuatro piñazos en el alma me hizo ver que no valía la pena, como tarjetita de emo retro: 'si regresa, es tuya, si no, nunca lo fue.'

Y volvió, no una sino tres o más veces, no sólo de Cancún, también de Mérida y de Los Angeles.

Y volvió para quedarse conmigo, por temporadas al menos. Y yo la esperaba, no sentado ni de pie sino en movimiento, como deben de ser las esperas. Y siempre que me llamaba la iba a recibir al aeropuerto, a los dos, a Elizabeth y a su hijo.

Hasta que morimos. Un día de mediados de noviembre de 2007 en que decidió venir a Cancún por quinta vez. México iba a jugar contra Brasil. Elizabeth fue por mí a la clase de francés y fuimos a un Vip's ja. Y hablamos y hablamos, yo con la televisión sin sonido a la espalda y sintiendo que no tenía ninguna necesidad de estarme perdiendo el juego. Pero hablamos y hablamos por horas y no pudimos llegar a ningún acuerdo. No estuve dispuesto a sacrificar mi estabilidad por seguirla, y por su parte, no quiso quedarse con lo que la ciudad le ofrecía (y yo)

Meses después la estabilidad me abandonó y Elizabeth regresó, pero no hablamos ya, el mensaje de la hora de llegada del avión no vino. Ahora era mi turno de buscar mi propio sueño, aunque pronto, para los dos fue demasiado tarde.

Ahora estoy en Cancún con cero grados de estabilidad y cuarenta de temperatura. Elizabeth encontró al fin una razón para quedarse en la ciudad.

Pero esa es otra historia.







*Odio la frase: 'de hecho', prometo no volver a usarla, si sí, mátenme.





Parte de esta serie:




¡¡¡ letem bi lait !!!

martes, 17 de marzo de 2009

... ARREBATADO ...

.




Ella percibe que todo es blanco en la habitación. Allí, a cualquier espacio a donde dirija la mirada sólo ve material perfectamente esteril. Avanza decidida hacia la camilla del fondo de la sala intentando adivinar qué pesa más en su interior: el temor o el deseo. En cualquier caso, está a punto de descubrirlo. A través de la puerta escucha una voz masculina que le sugiere que se desnude. Es absolutamente necesario para poder continuar con esta experiencia.

Baja lentamente la cremallera de sus botas. El sonido seco del acero descendiendo por el cuero del calzado se hace más intenso en la estancia casi vacía. Con un leve movimiento saca los pies de su interior y decide permanecer descalza sobre el suelo. El frío que sube a través de ellos se mezcla con la tibieza que empieza a sentir entre sus muslos provocando que la respiración se le acelere. Es un cambio en el ritmo apenas perceptible pero suficiente para reconocer la excitación y confirmar que es el deseo lo que la ha traído a este lugar.

Los pantalones se le deslizan con facilidad y los deja perfectamente doblados junto a las botas. Pasan unos segundos y con una mueca considera la posibilidad de quitarse la ropa interior, pero quizá sea mejor esperar a que la voz entre en la habitación. Como si le leyera el pensamiento aparezco en la sala. Me miro alto, fuerte. Luzco una sonrisa cómplice que ella corresponde lanzándome una de esas miradas tipo: 'Vamos a pasarlo bien'.

Mis ojos observan su cuerpo semidesnudo mientras que mi voz la invita a quitarse las bragas. 'Lo que has venido a hacer aquí no es posible con ellas puestas', digo al mismo tiempo que sonrío con picardía. Clava su mirada en mí y con el mayor descaro del que parece ser capaz, deja que el algodón de su ropa interior le acaricie los muslos, se detenga mÌnimamente en las rodillas y llegue hasta los tobillos de donde la recoge con un movimiento experto.

'Ahora recuéstate en la camilla y relájate' digo dando un nuevo repaso, esta vez a la parte desnuda de su anatomía.

'Estoy en buenas manos ¿verdad?' responde con ironía.

'En las mejores'.

Dejo de hablar durante un instante y me dirijo hacia un banco metálico lleno de instrumental totalmente desconocido para ella. Regreso sosteniendo en la mano derecha una delicada pieza de acero.

'Así que esto es lo que has escogido. Me gusta. Creo que quedarán bien en esta zona que llevas perfectamente depilada' sentencio intentando ruborizarla pero obteniendo claramente el efecto contrario.

'Sí. Creo que es el mejor modo de lucirlos. Con el sexo rasurado por completo' responde pretendiendo hacer caso omiso de mi alusión.

'Perfecto. Ahora necesito que separes un poco las piernas y que te coloques en una postura en la que te sientas cómoda' le digo al tiempo que coloco los piercing y las tenazas en una pequeña bandeja y mis dedos se dedican a explorar la zona en la que van a trabajar durante los próximos minutos, o tal vez horas, de darse el caso.

Cuando mis manos entran en contacto con sus pliegues, un fuerte suspiro se escapa de su boca. Cierra los ojos. Sabe que me he dado cuenta de su excitación, no sólo por el gemido, sino por la humedad que he palpado.

'Vas a notar bastante frío ahora. Utilizo este spray para insensibilizar la zona en la que voy a colocar los pendientes. Si por algún motivo te molesta demasiado no tienes más que decírmelo ¿de acuerdo?'

'Perfecto' acierta a responder mientras piensa que algo helado es justo lo que le faltaba para excitarse aún más, aunque ella piensa que eso no lo sé.

Percibe una intensa sensación de frescor justo en el centro de su sexo. Al principio es casi como una brisa que incluso agradece porque llega a paliar un poco su agitación. Sin embargo, a medida que los segundos van transcurriendo y el frío se hace mucho más intenso, el deseo se apodera de nuevo de su cuerpo de un modo incluso más fuerte que antes. Trata de controlarse cuando nota que el látex de mis guantes palpan los labios interiores de su sexo y presionan con suavidad sobre el clítoris. Intenta convencerse a sí misma de que esta manipulación terminará pronto, pero enseguida comprueba que no lo hará con la suficiente rapidez como para lograr calmarse. Está a punto de pedirme que pare. Quiere decirme que no lo soporta pero no tiene sentido. No es el frÌo lo que le molesta, ni si quiera son mis manos. Es la certeza de que el orgasmo que se está preparando en su interior llegará demasiado rápido.

Aprieta la espalda con fuerza contra la camilla en un vano intento de distraer la atención a otra zona de su cuerpo. Ahora le estoy hablando. Le explico cómo, en breve, voy a empezar a colocarle el piercing en los lugares que ha escogido con anterioridad. No me escucha porque acaba de sucumbir al deseo y al placer. El contacto de su sexo con mis dedos cesa un instante. Un sonido metálico le indica que estoy seleccionando el material que necesito para perforar su piel. Algo cálido se aproxima de nuevo a ella. Sí. Son mis manos. Dos de mis dedos separan con maestría los labios de su sexo haciendo que se estremezca y que otro profundo suspiro se escape, ya sin rubor, de su garganta. A continuación nota un ligero pinchazo en la parte interior de su sexo. Un dolor seco, intenso y rápido al que le acompaña un fuerte hormigueo.

De repente nota mi aliento junto a su oído mientras que una voz que reconoce como mía le susurra: 'disfrutas con el dolor ¿verdad?'. Un gemido más intenso es toda la respuesta que obtengo de ella. De nuevo mis dedos recorren el clítoris y siente cómo palpita con fuerza. Ahora el frÌo en esa parte de su cuerpo se debe haber hecho menos intenso y la mezcla con la calidez de su propia humedad se antoja exquisita.

Percibe las tenazas de nuevo muy próximas a su piel. Dolor, placer y el cosquilleo inconfundible del inminente orgasmo. Ahora algo se desliza por el interior de su piel. Es algo pequeño pero muy duro que estoy haciendo girar con mis dedos al mismo tiempo que le roza con suavidad. Ese movimiento es suficiente para lograr un fuerte estallido en sus adentros. Una oleada de placer viaja desde el centro de su sexo a todas las partes de su cuerpo sumergiéndola en una intensa sacudida que, por supuesto, percibo. Se deleita en el espejo que le he proporcionado para notar su piel perforada mientras su respiración se va estabilizando. Mi voz la saca del ensimismamiento en el que estaba inmersa.

'Hemos terminado'.

'Ha sido un placer' acierta a responder.

'Podemos repetirlo cuando quieras' afirmo ...






¡¡¡ letem bi lait !!!

viernes, 13 de marzo de 2009

... De edición especial ...

.




Mi chica es de edición especial,
de las que vienen súper-ultra-hiper-mega actualizadas,
nunca cocina, no plancha, no lava.

Para esto hay un pretexto y ella me enseñó este verso:

"Con las manos maltratadas yo no sirvo para nada,
ni pienses que te voy a acariciar".

... y eso si se escucha fatal.


Mi chica es de edición especial,
de las que vienen maquilladas, perfumadas, bien peinadas,
de las que traen por trofeo siempre un vestidito nuevo.

Para esto no hay pretexto y ella me enseñó este verso:

"Con toda esta ropa usada yo no sirvo para nada,
ni pienses que me vas a desnudar".

... y eso si se escucha fatal.


Mi chica es de edición especial,
de las que lloran por cositas y ya incluyen lagrimitas,
de las que hacen dietas raras para estar siempre delgadas.

Para esto no hay pretexto y ella me enseñó este verso:

"Si no me vuelvo talla cero, te aseguro que me muero,
ni pienses que me vas a acariciar".

... y eso si que se escucha mal.


Mis amigos envidiosos que me quieren molestar,
siempre vienen y preguntan donde la puedo encontrar,
una oferta de Tepito o del Eje Central.

Y todos quieren,
todos quieren,
y todos quieren,
una chica de edición especial.







Canción de co-autoría que estúpidamente regalé y que cuando sea un éxito me arrancaré los siete pelos.





¡¡¡ letem bi lait !!!

domingo, 8 de marzo de 2009

... This blog has been drinking, not me ...

.



¿Se acuerdan de mi coraje contra la ingesta de alcohol?

Pues sigo pensando lo mismo y que y que y que y que y que. Mi problema viene con esto de las relaciones públicas. No es fácil trabajar de noche y mucho menos en lugares de vicio y depravación, obviamente cuando no puedes enviciarte ni dar rienda suelta a tus demonios. Durante siete años trabajé en el bar y jamás en todo ese tiempo tomé gota de alcohol en horas laborales. No es sorpresa saber que antaño tuve mis momentos de estupidez y alguna vez me perdí completamente, tanto que no recordé nada durante dos días, pero eso fue hace casi diez años; cuando cumplí diecinueve decidí seguir mi mamonez y no dejar que las bebidas espirituosas me perdieran nunca más.

Y siete años viví (o al menos sobreviví) de ese negocio, complementando mis extensivos gastos con el dinero que recibía de propinas y sueldo de la vida nocturna de fin de semana. No es ocioso decir que esas actividades dieron al traste con mi vida social. No que ésta haya sido taaaan espectacular, pero después de tres veces de rehusar invitaciones a salir un viernes o un sábado con el pretexto del trabajo, dejaron de hablarme.

No me avergüenza pero viví del vicio de otros. Contaminé otros cuerpos (no sin consentimiento propio) con veneno fermentado. Ayudé a que miles y miles de hígados murieran un poco más. Gracias a Dios no tengo conocimiento ni culpa de que alguien haya salido lastimado después de consumir tragos que yo le serví, pero no lo dudaría, el alcohol es el diablo.

Y la estúpida gente quiere, espera, incluso desea que uno se embrutezca. Invitaciones aquí, cortesías por allá, 2x1 eterno, etc. No, si la televisión es puro glamour. Ja. ¡¡¡Not!!! El trabajo no es sencillo, si alguna vez han intentado caminar en un antro repleto sabrán a lo que me refiero. A eso agréguenle el estar cuidando equipo carísimo: cámaras, tripiés, cables, micrófonos, luces, etc. Lidiar con gente perdida en alcohol es horrible, lo sé, pero cuando les pones enfrente una cámara es como si les metieran una droga sintética; se prenden de inmediato y ahí fue cuando me di cuenta del enorme poder que un micrófono puede tener. La gente está dispuesta a hacer lo que le pidan por la sola idea de salir en televisión.

Y la gentecita se indigna si alguien tiene la osadía de no querer ingerir con ellos. Por mucho que uno argumente cuestiones de salud o de convicción, el alipuz hace a las personas más necias de lo que son. Lo único que los beodos respetan es la presencia una estampita de la Virgen de Guadalupe firmada en un juramento de no-embrutecimiento. (Nota mental: Conseguir una de esas estampitas).

Entonces, el permanecer completamente sobrio en un ambiente de degeneración tiene sus bemoles. Odio ser la mamá de los pollitos pero mi estúpida consciencia no me deja en paz y no deja que no me importe el destino de los bebidos, sobre todo si van conmigo y son mis 'amigos'.

Estúpida estupidez.

Tengo sueño atrasado de hace días. Nostalgia atrapada pero confianza en el futuro, eso no me puede ser arrebatado. Por favor.




¡¡¡ letem bi lait !!!

viernes, 6 de marzo de 2009

... Saliente ...

.



La vida ha tratado de enseñarme a golpes de realidad que no es bueno tener expectativas. No digo que sea una mala cosa, es decir, esta vida petaca y sus cacahuates pueden intentar hacer de mí lo que les pluga. La falla en el sistema es que no lo logro entender. Me re-emputa siquiera pensar en calificarme como idealista, pero aparentemente lo soy. Maldita naturaleza y maldita estupidez de 'que la gente no cambia'.

¿Cuál es mi naturaleza?

Habría que preguntarle a quien me conoce mejor. Y ese definitivamente no soy yo. Aunque podría decir de mí mil cosas, seguramente todo serían mentiras o adulaciones caras, obvio hablaría más bien de mí de lo usual, pero para ser completamente sincero, no sería objetivo.

Todos los que creen conocerme tiene razón, en cierto sentido, claro. Algunas personas dicen que soy un cabrón, dependiendo del significado es el significante, pero me temo que acertarían. Soy buenísimo en lo que hago, el número uno. "Quién te manda ser el más chingón" dice mi jefa. Me caga, por eso me cargan el trabajo a mí. Bueno, tres noticieros y dos programas diarios no son poco, pero sé que puedo. Necesito mi equipo, necesito aprender a delegar, sobre todo necesito a alguien en quien pueda confiar plenamente, a mi mano derecha, mi segundo de a bordo, mi copiloto, mi patiño. Lo malo es que no lo he encontrado entre los que estamos aquí ni lo encontraré. Lo busco y lo busco pero no lo busco. Uno de mis mantras es 'Si quieres que las cosas estén bien hechas, hazlas tú.' Y eso hago, lo estoy haciendo todo yo y me saturo. Y somatizo me enfermo.

Mi jefe dice que soy como una esponja, que absorbo la personalidad de quien está a mi alrededor, pero no es cierto. Aquí debo confesar que me matan los acentos, las entonaciones quiero decir. Aquí el yucateco y el tabasqueño son mayoría, aunque en el canal habemos más chilangos que otras cosas, obviamente para mí es un acento neutro, así que no me llama la atención especialmente. Entonces, no es que absorba la personalidad de con quien hablo, sino que comienzo a burlarme de su forma de hablar y después de un ratito, se me pega.

Las mujeres son otra historia y cada una tiene la suya. La gente no cambia, eso lo he repetido hasta el hartazgo y miles de veces me he tenido que morder la lengua. De ganas, de deseo y de lealtad a mis convicciones. Nulas pero firmes diría mi otro yo de antaño que no ha cambiado.

Idealista porque, a pesar de despotricar contra el mundo en tres de cada dos frases que digo, creo que hay personas a las que se les debe dar la oportunidad de demostrar su valía (a muchas ni siquiera eso, pero si alguien lo demuestra en verdad, habrá valido toda la pena). No confío en la gente de primera intención, suelo juzgarlos sin conocerlos y lo peor de todo es que pocas veces me equivoco.

Idealista porque creo que la crisis no existe y que tarde o temprano todos se darán cuenta y volverán a sus realidades.

Idealista porque creo que con querer es suficiente.

Idealista porque me importa más el que me guste lo que hago que el que me paguen por ello.

Idealista porque sé que no está del todo bien, pero ...

... la gente no cambia.




¡¡¡ letem bi lait !!!

miércoles, 4 de marzo de 2009

... Un año ...

.



Hace un año, el podcast de éxito diferido LA GALLETA DE VAINILLA mutó. Me cambié de oficina y en mi nueva ubicación no tuve ni el tiempo, ni la privacidad ni mucho menos las ganas de seguir haciendo podcasts que se escucharan planos y leídos (ajá, gracias).

Entonces, una persona de la cual no quiero acordarme me mostró su recientemente adquirido blog. De inmediato quise uno y al nombrarlo pensé en el difunto podcast y así fue. Un viaje a través de las ideas, las obras, las artes y los hombres de nuestra época, inciertos ayeres y supuestos futuros (o algo así).

Este blog, mi blog primigenio, del cual se han desprendido el blog que contiene mi primera novela terminada TREINTA DE NOVIEMBRE, y el blog cursi EL IDILIO DE LAS NOCHES YA VIVIDAS.

A las palabras aquí escritas les agradezco su ayuda, a las historias aquí surgidas les agradezco la sinceridad, y a los insultos aquí recibidos les agradezco la importancia de los perros en el camino.

No tengo tiempo de mantener al día esto que se ha convertido en mi túmulo privado. Hago esto:




Y me hace feliz.


¡Felicidades a quienes llevan un año leyéndome! A los demás, también.




¡¡¡ letem bi lait !!!

domingo, 1 de marzo de 2009

... LUZ (1.1) ...

.



La gente no entendía lo que pasaba. Eran las ocho pasado meridiano y una luz blanca en el espacio resplandecía intermitentemente. Parpadeaba. Parecía un sol albo. En tres segundos la tierra pasaba del día a la noche y luego otra vez y otra más y todo de nuevo. La luz prendió y de inmediato captó la atención de todos en la concurrida esquina en donde hacían intersección las avenidas primera y décimo segunda. La luz se había posado justo sobre el crucero, y aunque estaba a miles de kilómetros de distancia se veía impresionante. A pesar de que prácticamente cegaba a los mirones, nadie bajaba la cabeza.

Las columnas humanas que se acercaban desde los cuatro caminos posibles crecían y cualquiera que viera la escena pensaría que el carnaval había comenzado, excepto porque nadie emitía sonido alguno. Toda la turba caminaba en silencio y casi a paso uniforme. No chocaban ni golpeaban a los de adelante aun y cuando parecía que el agachar la mirada estaba prohibido. Hombres, niños, mujeres y ancianos se unieron sin saberlo en una misma visión.






... Continuará ...






¡¡¡ letem bi lait !!!

Related Posts with Thumbnails

... Gracias Dios por los dones que voy a recibir ...