La temperatura antes cálida había bajado dramáticamente hasta reflejar el ánimo de los presentes. La fiesta había terminado ante la estupefacción que los había invadido. La luz había detenido su trayectoria descendente y ahora se posaba, oscilante, por sobre las cabezas de la multitud.
El año nuevo se acercaba con rapidez aunque el tiempo parecía haberse detenido. Si alguien se hubiera acercado a contemplar esta visión, habría podido percatarse de un detalle inesperado. En medio de la turba, un hombre de barba rala parece no compartir la experiencia de alentamiento. El observador anónimo pensaría que la escena corría en cámara lenta, toda la escena con la sola excepción del hombre de barba rala. Su rostro se movía normalmente pero sus ojos no demostraban expresión alguna, no parecía haberse dado cuenta de lo que estaba pasando, sin embargo dejó de mover los pies al instante en que la música cesó y aunque sus manos no se habían despegado de las de la mujer de vestido blanco, éstas y las suyas se movían a diferentes intensidades.
La multitud se apretaba más y más cada vez, la mujer de vestido blanco le daba la espalda al hombre de barba rala mientras él la abrazaba rodeándola por la cintura. Las manos de ella, con largas uñas plateadas y tan suaves como las de una princesa llegaron hasta las de él y las llevaron discretamente, una al norte, acariciándole el seno izquierdo y la otra al sur, entre sus piernas. No fue difícil, el vestido halter blanco y lo suficientemente corto para cubrir lo indispensable lo permitían.
No había razones claras para lo que sucedía. Poco a poco, la turba fue cobrando consciencia de que el movimiento se alentaba. Cundió el pánico. Una boca sin rostro se abrió muy despacio y de ella salió un sonido que pretendía ser un grito, otros lo imitaron. Era un concierto gutural en la esquina que formaban las avenidas primera y décimo segunda; la mitad de la gente, desesperada al tener la mente completamente despierta, pero el cuerpo y el movimiento ralentizado, intentaba huir, mientras la otra mitad aún seguía embelesada por la visión de la luz resplandesciente.
Continuará ...
¡¡¡ letem bi lait !!!
2 comentarios:
"La temperatura antes cálida había bajado dramáticamente hasta reflejar el ánimo de los presentes"
Eso me gustó.
¿Cuántas veces no me he encontrado en una situación así?
Esto me recuerda a una película que vi hace un buen, no tiene NADA que ver con tu escrito pero fué igual de confusa e interesante para mí...
Me gusta como va.. ya quiero ver qué sigue..
Ah! La película era.. mmmm empty... o algo así...
En fín.. Nos seguimos leyendo :)
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