viernes, 22 de junio de 2012

... Un héroe de mentiras ...

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Antier me enfermé. Mejor dicho, el lunes de la semana pasada sentí una picazón conocida entre mis amígdalas. Mi yo hipocondriaco estuvo a punto de recurrir al testamento para asegurar que mis deudos se quedaran con el salario mínimo mensual que me queda en el banco, pero mi yo PapáGalleta me dijo que no era para tanto, así que recurrí a mi dealer personal de medicamentos -guapísima- para una buena dosis de antibiótico, esto tomando en cuenta que los otros tres integrantes de la familia Galleta habían tenido infeccioncitas e infeccionsotas en la garganta en los días precedentes.

Tomando el antibiótico me sentí fuerte y poderoso, sano y grandioso, tanto que hasta fui a mi primera clase de artes marciales mixtas como ya expliqué en el post anterior. Cabe mencionar que mi tratamiento antibiótico que funcionó tan de maravilla, constó de siete días. El domingo fue mi último dia y el lunes por la noche, después de haber sobrevivido el día al dolor inmenso, ggggrrrraaaaaaarrrrrrggghhhhhhh, la picazón familiar en la garganta me carraspeó. LPQLP, ¡No puedo pasarme toda la vida tomando antibióticos! Decidí resistir, pero el conocido dolor de extremidas acompañado de un frío que hiela los huesos se presentó de madrugada. Le eché la culpa al desgarrador ejercicio/castigo al que fui sometido horas ha y al frío remanente del huracán Carlotta que por esos días (y hasta ahora) (des)asola la parte central del país.

Afortunadamente, no tuve fiebre, así que decidí tratarme con antihistamínicos, que sirvieron para maldita la cosa. Por si fuera poco, las cosas en el trabajo se volvieron un tanto pesadas, ya sea porque el jefe está de vacaciones pero no deja el teléfono en paz, ya sea porque el HDP del que ya he hablado sigue incrementando el nivel de llamadera de atención, ya sea porque he manejado hasta el hartazgo por el tráfico y el calor bochornoso de los días nublados. En fin. No ha sido una gran semana porque tampoco he tenido tanto tiempo com quisiera para escribir, leer o videar a mis bebés que ya casi cumplen un año. Hoy en la mañana, Roi tuvo fiebre, me partió una vez más el alma, pero salió bien, todo fue un golpecito de calor porque salió el sol por un rato o porque le están saliendo dientes nuevos o porque ayer le dije que cuando él me necesitara me lo dijera y me iba a pasar mucho tiempo con él. Él está bien, Matingo está bien y yo estoy fenomenal por eso.

Pero llego al trabajo y me dicen que, el compañerito que se quedó a cargo -del teléfono para recibir instrucciones- en ausencia del jefe por vacaciones, mismo compañerito que desde siempre se quejaba incesantemente del actuar de gran jefe, ¡está actuando y decidiendo tal y com lo haría aquel! ¿Papas? ¿De verdad será muy difícil asumir un cotito de poder y enloquecer? ¿O acaso yo estoy mal y de este lado las cosas se ven mucho más sencillas?

Porque una cosa es la responsabilidad y el cumplimiento de la ley y de las obligaciones, pero otra muy distinta es el permitir que otros jefes -que ni siquiera son los nuestros- te tengan agarrado de los güevos sin hacer nada por siquiera aflojar el apriete. Le agradezco la intención de dar salida a los que ya no tenemos nada que hacer, incluso le agradezco la buena voluntad de cambiar guardias y días en aras de una mejor convivencia; pero de ahí a tomar las mismas decisiones que tanto criticaste en el pasado reciente -no más de dos semanas-, hay una gran diferencia.

Siempre digo y aseguro que el respeto se gana, obviamente el inherente a cada individuo por su misma y falible condición se da de una manera gratuita, pero ¿cómo tenerle respeto a quien se contradice en dos frases? ¿Cómo asegurar que un trabajo está bien hecho cuando no se ha tenido la oportunidad de hacerlo? Si algún día me encuentro en esa posición, ¿yo también cederé y enloqueceré? ¿Por qué no seguir una congruencia elemental? ¿O será que la incongruencia y la complicación son cualidades esenciales de todo líder?

Yo por eso, no soy ni amlover, ni 132, ni verdebot ni nada. A veces los líderes se imponen y a veces nacen y a veces son elegidos y nosotros, el peladaje, jamás nos enteramos hasta que ya es demasiado tarde. Tal vez lo que resta es hacer lo mejor con el tiempo que se nos dio y con las cosas a nuestro alrededor, siempre creciendo, sin dejarse influir por líder alguno, positivo o negativo que pueda hacernos decrecer, achaparrarnos. Lo mejor es caminar siempre adelante con la frente bien al frente, con nuestras maletas en mano y el alma limpia para lo que siga.

Mis mocos se rehusan a salir mientras el líquido nasal fluye y confluye deteniendo y cambiando ganas y planes, pero ni una gota ha caído a mi iPad, que es donde humildemente escribo este posto. Lo único que siempre he querido es el bienestar para los míos y para mí. Los ciclos son históricos y los errores son genéricos (como el que haya escrito herrores y el autocorrector lo haya mmmm pues corregido). Si el nuevo comete los mismos errores del anterior, no será conveniente preguntarnos si en realidad, los que vivimos en el error somos otros y ¿qué rayos estamos haciendo mal?




¡¡¡ letem bi lait !!!





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