jueves, 14 de junio de 2012

... Siniestra enajenación ...

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Muchas cosas hay en este valle de lágrimas que simplemente no entiendo. Los conceptos de geografía política son sencillos, son tan fáciles que las mentes más obnubiladas se desgañitan tratando de comprender el porqué de tanta ductilidad. Izquierda, derecha, arriba, enfrente ... No hay que verlos -a los conceptos- con respeto, ni siquiera lo merecen. Aquellos que defienden las teorías como algo irreductible, son los mismos que han prostituido todos y cada uno de los preceptos ineludibles de la geometría y geografía política.

Bertrand Russell no se equivocaba al decir que si uno no es socialista a los dieciocho años, es un imbécil; mientras que el que sigue siendo socialista a los treinta, lo es aún más. Porque estamos todos de acuerdo -y si no, ¡sáquese a ganar dinero!-, que los ánimos comunistoides y de igualdad de los espíritus sobre los individuos y mafufadas semejantes, se nos disminuyen cuando nos dan nuestro primer cheque quincenal, por diminuto que éste sea. Así mismo, las ganas de cambiar al mundo de lado por nuestras polainas ideológicas, se nos terminan definitivamente cuando dejamos de subirnos al metro y nos compramos nuestro primer coche.

Y no olvido decir que, léase lo que se lea, el ánimo de la trascendencia no se crea, ¡no por Dios! Las ganas de ser, de caer y de trascender nacen con el propio individuo, y mueren con el mismo, por supuesto, no mueren de inanición ni de inacción, simplemente se duermen. Aunque hay quienes se las pasan dormidos toda su reverenda vida. No me gusta hablar mal de la gente (AY AJÁÁÁÁÁ JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA), pero quienes tienen el cerebro hecho caca ideológica, no me parecen dignos del más mínimo respeto. Lo he dicho y lo repito, "la mal llamada izquierda de este país copia conceptos e ideas a las mal llamadas izquierdas latinoamericanas que, no me lo tomen a mal, están más pendejos que nosotros en once de cada diez sentidos. La mal llamada izquierda reaccionaria y revolucionaria de los países americanos que han sufrido y padecido dictaduras militares y civiles, ha pasado por cosas y horrores que en este lado del hemisferio no somos ni siquiera capaces de imaginar. ¿Quién podría comparar el Halconazo o Tlatelolco con los años de Videla, Castro, Pinochet, Stroessner, Branco, Noriega, Leonidas, Somoza, incluso Franco? ¿Quién sino los que lo vivieron podrían relatar el miedo? Hoy, la mal llamada izquierda que busca el poder enarbola conceptos y epígrafes en los que ya nadie cree fuera de Latinoamérica, y por cosas como esa, Latinoamérica se está condenando a la más triste de las irrelevancias".

Seguro que los más -mugrosos- radicales se justificarán aduciendo que ellos no pertenecen a la izquierda que busca el poder, que solamente pertenecen a la izquierda que busca y lucha por la justicia. OIESAMAMADA. En esta vida petaca hay que tomar un partido, elegir un lado y si no nos gusta ni nos llena, cambiar, nadie dice que eso no se vale. También estoy cierto en que para ser completamente objetivo, se necesita estar muerto por dentro. Todos tenemos un perro y un dueño, y eso no nos lo enseñan en la Facultad de Sociología, eso es mero sentido común, claridad de pensamiento y larguedad de miras, cosas que les faltan a muchos gritones izquierdosos.

Porque es una realidad, mugrosos hay en todos los espectros de la política, la ideología y en general de la vida. Y si es, cierto que todos somos iguales, también lo es que hay unos más iguales que otros. Una de mis máximas de la existencia es que: NO HAY NADA MÁS INJUSTO QUE TRATAR COMO IGUALES A LOS QUE SON DIFERENTES. Porque aunque en una visión humanista, todos los seres humanos somos iguales en competencia y relevancia, en una visión más cosmogónica y universal, cada quien es responsable de su propia competencia y de su propia (ir)relevancia, es la verdad. No me quiero imaginar cómo van a crecer los hijos de quien se ufana de su no-progreso en aras de una filosofía trasnochada y medieval. Porque para los que obtuvimos conciencia del mundo después de que cayó el Muro de Berlín, las guerras frías entre comunismo y capitalismo nos parecen punto menos que medievales. El mundo está cambiando mucho y muy rápido, y quien no se suba se va a quedar y en la segunda vuelta, el mundo lo va a aplastar.

De los jóvenes es el reino de los cielos, dicen. Lo que no nos dicen es que para ser joven, no es requisito ser pendejo, ofendiendo. Los que ondean banderas ajenas son suyas, que con su pan se lo coman; los que lo hacen con las propias, perderán cien veces antes de triunfar, pero eventualmente lo harán, y entonces su reino no tendrá fin. Creo en la naturaleza del hombre antes que en los hombres per se, creo firmemente en las máximas capacidades del individuo, pero también -y lamentablemente- creo en que el motor que mueve a este mundo es la estupidez. No se puede obligar a las personas a pensar como uno, ni tampoco se puede forzar un 'inception' globalmente, el creer que todo el mundo piensa como uno es la peor idiotez que puede existir. No se necesita leer de todo para opinar, pero sí leí a Lipovesky y me cagó la madre. Los viejos adoctrinados en el rojillismo más arcaico que van por la vida, teorías por delante, minimizando a los que opinan distinto no me merecen el mínimo aprecio ni la más remota consideración.

Lástima que en este blog no se discrimina por cuestiones de raza, sexo, preferencia sexual, religión, edad o filiación política; porque la única razón por la que yo podría discriminarlos es por ser estúpidos, y a veces ni eso. Voten el primero de julio por quien quieran, pero voten, o no, da igual, cada quien será responsable por sus posaderas. Yo no tengo el voto decidido y mucho me temo que no lo tendré a tiempo, pero no importa, estoy seguro de que el dos de julio me voy a despertar con la conciencia tranquila y feliz, porque nada debo y nada temo. Quien me quiere es bienvenido a mi casa y a quien mi forma de vivir le parece ideológicamente inaceptable, bueno, los invitados a las fiestas siempre sobran.

Yo agradezco la visión que me abrió el maestro Francisco José Amparán, que Dios lo tenga en su regazo, porque hasta para reírse de los demás y sus atinadísimas opiniones, hay que saber reírse de uno mismo y no tomarse la vida tan en serio. Pues, gane quien gane las elecciones del primero de julio, nosotros, el peladaje, seguiremos estando igual de jodidos y radiantes como Benedetti lo estuvo siempre. Felices o infelices en cada uno de los instantes de nuestras vidas petacas, sin la imperiosa necesidad de quejarnos amargamente porque una mosca vuela o porque una mole se nos sienta enfrente, quejándonos de una manera divertida de la ironía que significa estar vivo en los tiempos que corren, y por supuesto, hacer en la medida de nuestra falible condición humana, que nuestro mundo sea un poco mejor a cada instante, por nuestros padres y por nuestros hijos ...





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1 comentario:

G L O R I A dijo...

Jajajajaja. Mugrosos.

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... Gracias Dios por los dones que voy a recibir ...