jueves, 31 de diciembre de 2009

... Un calendario, calendario ...

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Enero:

Estaba tan contento el primer día de 2009 pues mi contrato definitivo en el trabajo de mis sueños llegó en fecha y hora prometida. Después de una quincena a prueba en el infierno cancuniano había encontrado lo que en otro lugar me habría costado años de trayectoria. Por fin alguien confiaba en mí y me ponía una hoja en blanco para explotarla con las ideas que tenía revoloteándome la sesera. La rosca de reyes me dejó un muñequito blanco entre los dientes y la promesa de tamales febreriles. Por otro lado, mi recién estrenada soltería me obligaba a comprarme un boiler, sin embargo estaba en el paraíso y un par de blancas caderas amazónicas me hicieron olvidarme de todos mis problemas apenas en las primeras horas del año nuevo. Entre proyectos y vicisitudes, todo parecía marchar viento en popa. Incluso podría complacer a mi madre y encontrar a una sueca que me llevara a vivir lejos del país.

Ella iba al Bajío buscando algo que se había perdido tres meses antes, algo que sabía que no existía, pero envuelta en círculos de egocentrismo, necedad y conformismo, se aferraba a la idea de defender lo que alguna vez le dio por llamarle amor. El año nuevo le llegó en soledad del alma y dolor del cuerpo, cobijada por la familia pero con el corazón marchito, cerrado.


Febrero:

Los tamales candelarios fueron postergados por el primer (y augurante) retraso en el pago de las quincenas; sí, claro, la situación del país estaba difícil y la temporada alta había terminado más pronto de lo usual. Entre cambios de casa, internet nuevo y rumeits chidos y cochinos, el mes se pasó volando pero cupido no se asomaba ni por equivocación, a pesar de que la fiesta en su honor fue auténticamente un éxito. La rebaba de la soltería se me pegaba como lapa y en el inconsciente se me formaba un coágulo de pensamientos del hubiera... y el y si... Mientras luchaba contra esos demonios, me la pasaba bomba, tanto que muchas veces perdía la conciencia de ser quien era y entre ilusiones aromáticas y químicas me dejaba llevar por mundos en los que todo es posible. La idea de la huida estaba lejana aún.

Después de una velada desastrosa como muchas -todas- otras, ella decide marcharse, él, no se sabe si consciente de lo que escucha o indiferente a cualquier reacción no opone resistencia. Por la mañana, al quedarse sola, ella corta de tajo con el peor error de su vida. Decide ser feliz en lugar de ser ideal. Un camión se lleva lejos lo que quedaba de su vida en el infierno.


Marzo:

Explotó la bomba, el ocio es el diablo y las revelaciones pueden ser tan graves como el miedo lo permita. Además del hambre, la hacinación y el terror del abandono, la muestra más clara y más estúpida de la debilidad humana se me presentó en mis adentros. Supe lo que significaba estar envuelto en un círculo vicioso y viciado desde el principio; nunca tuve malicia y aún así me atrapó, pero una punzada visual me devolvió a la realidad no sin dejarme un dolor creciente y agraz. La falta de alimento y perspectiva se mezclaron para devolverme el deseo del retorno. La falta de liquidez impidió que me perdiera, la amenaza de inanición y deshidratación en el calor insoportable del infierno mantenían mi mente concentrada y enfocada en lo que verdaderamente importaba: sobrevivir.

El capullo no estaba aún listo para abrirse y revelar la mariposa escondida, sin embargo, ella estaba más dispuesta que nunca a volver a ser la mujer que cree, que confía, que se ilusiona y la que desea. La paz la circunda pero ella no siente. Añora el impulso de una sonrisa o de una lágrima. La que vive en el espejo le da un guiño que es el impulso que requería para comenzar... de nuevo.


Abril:

El regreso del hijo (im)pródigo me trajo de nueva cuenta y por última vez al redil. Me dejé consentir y apapachar y no pude más que agradecer a mi madre el haberme rescatado del derrumbe antes de que ocurriera. Odié con el alma decepcionarla (como tantas y tantas y tantas veces) pero al mismo tiempo me di cuenta de que no necesitaba mendigar por cariño o atención en otro lado. El regreso trajo reencuentros y una relación de amor-amistad-amor-amistad renació de sus cenizas dejándome una ilusión entre los dedos. Un trabajo en otra ciudad parecía la oportunidad perfecta para volver al camino, encontrarme con el hombre que quería ser y dejar atrás los fantasmas del pasado.

Los sueños de besos habían regresado y la música que más le gusta no callaba sus acordes. El tiempo es relativo y el cosquilleo en las rodillas se extrañaba al no recibir un beso arrebatador que lograra quitarle el aliento y hacer sus piernas temblar. No llegaría, sin embargo la ilusión crecía en su interior y dejarla pasar no era opción.


Mayo:

Mantuve prolíficas mis letras sin la necesidad permanente de una musa. Descubrí que el verdadero significado de la inspiración no está en el exterior. Envuelto en serias dudas, la vuelta de tuerca con mi pasado no resultó como se esperaba, y aunque todos los que supieron del asunto insistían e insistían en que era 'lo correcto', 'lo deseable' o 'lo ideal', yo simplemente no lo sentía así. Y no pasó. Y todo terminó. Al mismo tiempo, compartir espacio e intereses e historias con una de las mejores amigas que alguien pudiera pedir o tener es lo mejor que pudo haber pasado en este mes. Tal parece que vivir fuera del círculo tradicional de confort le hace bien a mis letras.

A ella le volvió el deseo y la esperanza de encontrarme. Fue un momento, un instante en el que pudo haber decidido aceptar la propuesta indecorosa; pero no lo hizo y su confianza y conocimiento de sí misma creció a niveles exponenciales. Después de purgar lo último del veneno que el infierno le había dejado estaba casi lista para mí y lo sabía aunque no supiera que lo sabía.


Junio:

Un interesante reto laboral y algo nuevo se acercaba vertiginosamente, mientras un par de fotos azuladas y una invitación misteriosa me intrigaban sobremanera. Una historia llena de preguntas y deseos me abrió la puerta. A ambos.

El viaje de autorreconocimiento no salió justamente como estaba previsto, sin embargo, dos clicks afortunados del obturador de una cámara digital estaban por cambiar el curso de la historia.


Julio:

Todo comenzó con un vestido amarillo y la marca de unos lentes estampada en el rostro más bello con la sonrisa más perfecta de la historia. El inicio fue perfecto, entre mensajes conciliadores y preguntas fuera de lo común se nos pasaron los dos días anteriores a la fecha prometida. El encuentro tembloroso por los nervios y el miedillo natural a lo relativamente desconocido. Después de tres horas de hablar sin parar una y otro, uno y otra ya nos habíamos enamorado aunque no nos diéramos cuenta al instante. La tensión existía pero los momentos fueron cayendo naturalmente y sin prisas, el abrazo, el beso celestial a las puertas del arte, el arreglo ideal de nuestras manos, el calor de nuestros cuerpos, las risas silenciosas de madrugada y el extrañamiento inmediato. Debo decir que en una semana cometí todos los errores humanamente posibles para dejar de existir en su vida, pero ella, fuerte como siempre lo demuestra, se quedó pues ya no podíamos concebirnos sin el otro. No sin lágrimas, no sin insomnio y no sin malos presagios, pero a la mitad del año comenzó en verdad nuestra vida.


Agosto:

La historia continuó su curso y como en todas las buenas historias de amor, lo impactante y relevante es el principio, el clímax y el final. La nuestra estaba en pleno crecimiento y mi Hada Diosa pintaba mi mundo de colores y de formas y lo llenaba de olores y sabores tan perfectos que ¿cómo podía atreverme a ser tan feliz? Más feliz de lo que había sido jamás; había pasado un mes y ya nos amábamos hasta la locura.


Septiembre:

Las fiestas patrias nos llevaron a recorrer un poblado pintoresco lleno de puertas originales y vacío de personas y comida a altas horas de la noche. Aunque la palabra se repita, no hay otra para describirlo. Fue perfecto, nada de dudas ni de errores ni de reproches. No existe el amor poético entre nosotros, no solamente el amor poético quiero decir. Tenemos tanto y nos damos tanto que la poesía fluye entre nosotros con cada mirada, con cada beso y con cada orgasmo, que ni el viento helado de los balcones hace mella en nuestra música. Juntos tocamos la misma melodía, al mismo ritmo y ejecutamos a la perfección la misma pieza, in crescendo cuando lo amerita y descansando cuando hace falta.


Octubre:

Logramos definir nuestra historia: El diagnóstico de la perfección, como no podría ser de otra manera. Una semana no fue un siglo y ella volvió. Volvió de las alturas más enamorada que nunca para encontrarme extrañándola hasta el tuétano. Nos miramos a los ojos y nos prometimos no volver a separarnos tanto tiempo, tantos kilómetros, tantos husos. Viajamos con el pensamiento, ella acá y yo allá; las cosquillas en los pies suelen atacarla en los momentos más impensados pero ella sabe que mis alas estarán siempre dispuestas a acompañarla hasta el infinito.


Noviembre:

Un simple cambio en nuestra dinámica laboral no logró mover ni un ápice nuestros sentimientos. Si antes salíamos y corríamos y cenábamos y visitábamos, ahora solo queríamos acurrucarnos pegaditos en el sillón sintiéndonos. Aunque estuviéramos de un lado a otro de la ciudad, estábamos siempre presentes, siempre en contacto y siempre diciéndonos que nos amamos hasta el cielo y de regreso, miles de veces, y luego otras más.


Diciembre:

El mes se pasó como un relámpago y cuando abrimos los ojos, la mejor navidad de nuestras vidas estaba ya sobre nuestros hombros. No fue una carga ni mucho menos, por el contrario, el compartir sueños e ilusiones lo hace aún más perfecto. Los proyectos se mueven a velocidad propia y nuestro futuro está asegurado, aunque cualquier cosa puede pasar, tenemos la conciencia de que somos más fuertes que 'cualquier cosa'. Está en nosotros, está en mí y está en ella el hacer de cada día una aventura, aunque no salgamos de la cama o aunque nos dispongamos a trepar una cuerda o a nadar en la alberca de agua fría. El corazón arde en llamas aunque el cuerpo se congele y todo es a causa del inmenso amor que nos recorre la piel y las arterias. Somos nosotros, soy yo y eres tú. No hace falta más nada. Mañana comenzará el año de las profecías, pero para nosotros será el comienzo nuestro primer ciclo completo juntos. El primero de muchos. El primero de todos.


Como en todas las buenas historias de amor, lo verdaderamente interesante para el lector es el principio, el clímax y el final. La nuestra no está ni cerca de llegar al clímax. Todos los días alcanzamos una nueva cumbre y no deja de sorprendernos lo alto que somos capaces de llegar. ¿El final? Para algo tan perfecto como nuestro amor, el final no es sino el principio de una nueva aventura, juntos, más allá ...



¡¡¡ letem bi lait !!!

5 comentarios:

jess dijo...

Mi película favorita dice en alguna parte próxima al desenlace: "No hay finales felices, porque nada termina.".
;)

Por otra parte recordé eso de "Enero, rosca de Reyes cortamos... Febrero, San Valentín celebramos.... todo el año, todo el año, tú y yooooo", que tengan los calendarios de amor necesarios para que te conozcas más a través de ella, y viceversa.

Los mejores deseos partner. :)

Abrazotototote!
PD.- Y yo seguiré de chismosa en sus vidas jiji XD

G L O R I A dijo...

oh! me dejaste con la boca abierta, me super encantó, que buen recuento de una gran historia de amor, te mando un abrazo.

Ana Marinera dijo...

Buen recuento, lo bueno es que les queda todavía un año adelante, y lo que siga...

Elphaba dijo...

¿Qué puedo decir? Este año descubrió a la persona que realmente soy y me preparó para encontrarte a ti, con quien puedo ser yo misma y ser feliz.
A pesar del inicio, siempre llevaré en mi corazón el año en el que encontré al amor de mi vida.
Nos encontramos, y como dices, por delante hay tantas cosas maravillosas que no puedo esperar a irlas descubriendo poco a poco, siempre a tu lado.

Je t'aime!

la chida de la historia dijo...

He vuelto... sonriente, feliz, soñadora... y más sabiendo que tu felicidad camina a la par de la mía... GRACIAS!... por tus letras, por tu amistad, por tu honestidad... y por compartir con nosotros lo que eres, tienes y sientes...

Y a lo que sigue... que todavía quedan muchos planes por cumplir... muchos sueños por los que luchar... muchas sonrisas que compartir... Te quiero chorros, galletica cachetona... y a mi socia/cuñadita también...

(Tengo chismes que contarte)

Besos!!!

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