miércoles, 18 de agosto de 2010

... ¿Tienes el valor o te vale? ...

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Muchas veces, nos enfrentamos a decisiones fuera de lo común, preguntas cuyas respuestas no parecen tener demasiados efectos a posteriori y que, sin embargo, pueden causarnos serios dolores de cabeza en el futuro cercano o lejano.

Expertos y no tanto dicen que los diecisiete años es la peor edad para elegir una carrera. No necesariamente. Para algunos privilegiados, la vocación siempre fue vocación y el plan de vida y conocimientos y habilidades y demás mafufeis que les aclaran la mente estuvieron siempre presentes. Se escuchan casos de arquitectos que construían legos, de médicos que destripaban sus Lotsos y políticos de izquierda que se golpeaban la cabeza incesantemente con un martillo.

Mi caso es de cierto diferente. Es verdadera la historia que me sitúa a los cinco años escribiendo mi primera obra de teatro. Nada impresionante si tomamos en cuenta que Mozart tocó para la emperatriz de Viena cuando tenía seis años, y que mi obra, aún inédita, jamás fue leída por nadie pues es francamente lamentable. También es relevante contar que si algo tiene que ver la sangre en todo este asunto de la estudiada, mi papá se pasó la vida fluctuando entre empleos que le permitieran ejercer su verdadera vocación: el teatro y las letras. Que también son las mías, creo.

Desde hace años sé que lo que quiero hacer y no dejar de hacer por el resto de mi vida petaca es escribir, crear. Contar. Contar cosas, no números. Aún así, también he fluctuado entre ocupaciones de lo más diverso, aunque siempre siguiendo sus pasos: medios, cátedra y gobierno. No hay mucho más que decir aún, estoy comenzando un empleo que lo que más me ofrece es estabilidad. Estabilidad entendida como tranquilidad de que mis y nuestras necesidades básicas estarán cubiertas y entonces podré tomarme algún tiempo del poco o mucho que tenga libre para continuar con este blog, y otros blogs y otros proyectos. Lo mejor de todo, es que este trabajo me dará oportunidades enormes de conocer gente, por lo tanto, conocer historias y acrecentar mi acervo de anécdotas chistosas o no, dramáticas o no, que después podré utilizar, o no.

La cosa es así. Por momentos llegué a arrepentirme de una decisión tomada hace siete años, pues no se veía en el horizonte una oportunidad que me diera justamente eso. Hace siete años, cuando dejé todo por seguir a una mujer (como todo hombre que se precie de serlo debe, al menos una vez en la vida), alguien me preguntó: ¿Qué prefieres: trabajar en algo que te guste o ganar dinero?

Mi respuesta fue obvia. Entonces, la opción para ganar dinero era entrar con una tranza al ISSSTE mediante la compra de una plaza, tranza que me garantizaría una vida de mediocridad. Por el contrario, la opción que elegí me llevó a una estación de radio a aprender en vez de aburrirme como ostra.

Ahora sé que todo el camino andado me trajo a este lugar, con la mujer más maravillosa del universo universal y con todos los sueños por delante y ya al alcance de nuestras manecitas.

Y ustedes, ¿prefieren trabajar en algo que les guste o trabajar en donde ganen dinero? (No se vale decir que las dos ¬¬).




¡¡¡ letem bi lait !!!

6 comentarios:

Frida U dijo...

Querido Luisz, mi caso es similar en cierta forma, porque yo estudie leyes ya que no tuve la valentía de dedicarme a las letras, y aunque siempre he trabajado en derecho mercantil que es lo que me gusta, mucho he pensado precisamente en esa desición que tome cuando tenía 17 años, esto de las leyes me da un buen sustento, no magistral, pero vivo con ello, talvez algún dia decida tirar todo a la borda y me dedique a leer y a escribir, y a escribir y leer....para mientras sueño que mis escritos son leidos por muchos y que algún dia representaré a mi pais como una gran escritora......

la chida de la historia dijo...

¿qué te puedo decir yo?... A los 17 ya estaba haciendo el curso propedéutico para la carrera que elegí... aún no terminaba la prepa y ya estaba ansiosa por continuar. No me equivoqué, lo sé y estoy feliz por ello... Definitivamente yo prefiero hacer lo que me gusta... a pesar de, tú sabes... jeje...

Felicidades por el nuevo trabajo y los objetivos a cumplir con ello... Te mando un abrazote.

Lady Diabla dijo...

A los 17, entre lagrimas amargas me decidi por estudiar algo que me dejara dinero aunque no era, ni cerca, lo que me gustaba. Y realmente funciono, es mas ni siquiera habia terminado la carrera y a los dos años de estudios y mis 19 de edad ya tenia un trabajo bien pagado en una de las empresas mas importantes del mundo (osea gooooei), tengo 23 años, puedo empezar otra carrera ahora mismo (de hecho planeo hacerlo), estudio danza semi profesional en las tardes, tengo buenos ahorros, he ayudado a mi familia como siempre soñe y tengo la seguridad de que mi buen curriculum me abrira las puertas para ganar mas en alguna otra empresa importante. Pase ratos amargos en la facultad y una desorientacion vocacional terrible, pero ahora me siento muy agusto con lo que decidi, solo espero que al igual que tu, el camino me lleve con la persona indicada en vez de haberme alejado (que es lo siempre he temido).

Dib dijo...

Yo renuncié a trabajar en una empresa automotriz como ingeniero nada más porque quería una maestría.

Así que ciertamente hago lo que quiero. No tengo ni un peso, pero estoy feliz.

Por cierto, a mí se me hace que te dieron toloache.

G L O R I A dijo...

Luisz:
Yo estudie leyes por que según mi padre, estudiar arte era para vagos.
Jajajajajajajajajajajajajajaja!
Ahora trabajo de contadora y administradora. Así que hago dinero de la manera que menos imagine.
Para no sentirme taaaan vendida hago suplencias en la secretaria de cultura, así que diría mi ex el Dib: Soy moderadamente felíz.
Cuando tenga el suficiente capital me dedicaré solo al arte y ahora sí seré muy felíz.
La verdad es que no soy de las que pueden vivir en la escases, no puedo amar lo que hago si no me da dinero, ni modo, ¿no pueden lincharme por eso, o sí?
PD. Eso del toloache ¿qué?
La gente NORMAL, con vida NORMAL, se enamora y es felíz, ¿no?

Elphaba dijo...

Jajajajaja, no, no le di toloache. Es que como dice Indeseada, la gente normal se enamora y es feliz. Dib, ¡deberías intentarlo alguna vez! ¡es divertido!

XD

Conocidos son por ti mejor que por nadie mis traumas y frustaciones profesionales. Hoy veo hacia atrás y pienso que no debí haber corrido tanto para escoger qué hacer el resto de mi vida.

Pero bueno, dicen por ahí que el trabajo no debe ser una pasión, sino un medio para financiar tus pasiones y me conviene creer que es cierto. En ese aspecto no me puedo quejar.

Sobre todo cuando la pasión que nuestro trabajo está por financiar es la pasión más grande que existirá jamás...


Je t'aime!

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