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Ésta es la continuación de la primera media decena trágica.
La prometedora incumplida. En una de tantas pláticas previas, después de jugar 'reto o secreto', confesé mi poco gusto por el sexo oral practicado a mí hasta ese entonces. A ese secreto siguió una promesa de su parte de hacerme disfrutar el mejor sexo oral de la vida. No tan entusiasmado, llegó el día del encuentro y de inmediato se arrodilló frente a mí... diez minutos ... (bola de paja pasando) ... media hora ... Nada para escribir a casa, la tierra no se movió, no más de los millones de kilómetros que se iba a mover de cualquier manera. Me cansé de estar de pie y ella de estar de rodillas, o algo. No estuvo padre ni divertido, y lo peor fue que en su intento por cumplir su promesa insensata, sacó de su cajón del tocador ¡un lubricante con sabor a fresa! Suficiente. Next!
La huevona anorgásmica. No puedo evitar el atribuirme cierta responsabilidad en esta tragedia. El orgasmo es de quien lo trabaja, dice un merolico de la tele, sin embargo pienso que la compañía es un factor determinante para tener o no tener orgasmos (para las mujeres claro, los hombres somos más facilotes). La tipa en cuestión era grande, de talla grande, gorda para algunos, pero yo por cortesía la llamaba grande. Su condición le daba el pretexto perfecto para no querer pasar de la posición del misionero. No era tan grave, pero cuando estira la mano y de su tocador extrae un vibrador significa que algo no anda bien. En efecto, yo seguía duro y dale y de pronto siento el vibrador acercarse a nuestros centros y comenzar su labor. Las veces siguientes no fueron diferentes. Fail! :(
La dominadora. No como dominatrix, sino como los que hacen dominadas con las rodillas en los intermedios de los partidos de futbol. Sus tetas eran como de señora de ochenta años, caídas, caídas, aunque cuando estaba vestida no se le notaba. Al igual que la anterior, no quería 'estar arriba', por obvias razones, sin embargo lo hizo, pero agarrándose las tetas con las manos y los brazos, no en afán sensual sino por pura protección, capaz que me asfixiaba en pleno rodeo. ¡Chale!
La complaciente. En esta entrada describí la versión familiar de la historia con la boba complaciente. Según la clasificación A, yo la boté en el cine, pero la realidad es mucho más oscura y perversa. Después de que me dijo que veríamos la película que yo quisiera, le dije que mejor quería ir a mi casa; ya ahí, no tuve necesidad de preguntarle qué quería hacer pues sabía la respuesta: ¡Lo que yo quisiera! Así que hice lo que quise con ella, no está padre esa sensación de necrofilia que llega acostándose con una mujer prácticamente inmóvil. En términos coloquiales podría decir que me masturbé con una vagina real. Al terminar, me levanté al baño, me duché rápidamente (no iba a dejar a una casi desconocida sola mucho tiempo en mi cuarto) y volví junto a ella, que seguía acostada en la misma posición en la que la había dejado. Por cortesía le pregunté qué quería hacer ahora y la respuesta fue la misma: "Lo que tú quieras". ¡Aaaaargh, suficiente! Le contesté que lo que ahora quería era que se fuera. Se levantó de la cama, no le vi la cara pero quizá su rostro tendría una mezcla de indignación y confusión. Se quedó paradita unos segundos mirándome, encuerada, encorvada y con sus calzoncitos en las manos. Se vistió y se dirigió a la salida. Todavía, en la puerta tuvo el descaro de voltear a verme y espetar: "¿Me llamas?". Jajajaja, sí, ajá.
Mal, muy mal.
¡¡¡ letem bi lait !!!
miércoles, 28 de abril de 2010
... Otro cuarteto trágico ...
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4 comentarios:
Jajajajajajajajajaja!!!!
La dominadora... no mamar!!!
OMG!
Lectura no muy idónea para las 00:00 horas que son XD
Pero divertido!
Me gustan estos posts, a parte de la morbosidad se puede aprender que hacer y que no hacer en determinado momento, deberias hacer como en las revistas cosmopolitan una seccion de "mujeres: que NO hacer en la cama"
¡Ahh hace mucho que no comentaba!
No, no, no... que bueno que has mejorado muuuucho tus gustos. Pero bueno, yo mejor me callo ¿verdad? :P
¡¡Je t'aime!!
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