lunes, 6 de agosto de 2012

... Sometimes, you're better off not knowing ...

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En días como los que corren; donde el flujo de información cae ya en una categoría diarréica -por decir lo menos-, en donde Dany Peña y sus mamadas pueden ser noticias de poca monta pero aún así acaparar la atención, en donde la muerte de una viejita gagá es opacada por la nodeseadaperotampocorechazada muerte ora de Justin Bieber, ora de Fher, ora de Ricardo Arjona, ora de Demi Lovato, en donde tuve que esperar hasta el lunes por la mañana para enterarme de que se murió Jorge Luke Skywalker porque, entre Phelps y Laura Sánchez y Giovani y Usain Bolt y un guatemalteco que sí tiene talento (aunque sea para caminar), mi fuente de noticias inmediata, es decir, Twitter, simplemente decidió ignorarlo. En días como los que corren es prácticamente imperdonable no esta enterado de todo.

Además de entender de todo y de saber explicarlo todo. La pretensión y el esnobismo nos atacan, tanto que el mame en todos los sentidos es ya, para todos los efectos, inmamable. Muere Chavela Vargas y todos corren a buscar sus canciones para citarlas y decir que siempre la han amado, no importando cuanta baba cayó de entre sus comisuras los últimos diez o veinte años. Gana Laura Sánchez una medalla de bronce y todos corren a buscar su historia para escandalizarse de que haya pasado de menor de edad abusada por su entrenador, a heroína del cuento de hadas del amor sin edad. Sube la gasolina y todos corren a empeñar sus relojes para llenar el tanque el viernes por la noche. Liópez llega a una cantina repartiendo cocos y luego, cuando uno se levanta a encararlo, éste sólo dice: Jerénenje.

No, bueno. En días como los que corren, cuando cualquier portento de idiotez o "techado de virtudes" puede tener una voz y hacerla más o menos oír, no nos hartamos de llenarnos la boca con nuestras sabias opiniones acerca de todo. ¡Claro! Yo soy escritor, me dedico a redactar los anuncios clasificados del periódico, por lo tanto, soy perfectamente capaz de criticar todo trabajo literario que no llene mis irreales expectativas. ¡Claro!, a mí me gusta el futbol americano, por lo tanto, todos los que ven el futbol en Televisa son unos ignorantes. ¡Claro!, yo leí en la secundaria a Erich Fromm, por lo tanto, todos los que trabajan triple turno para llevar comida a sus casas y no tienen tiempo para leer lo que yo les diga que es bueno leer son unos incultos que vendieron sus conciencias. ¡Claro! Yo soy un pseudo intelectual alineado y enajenado por la izquierda reaccionaria, fracasado, sin visión que me permita salir del marasmo en el que estoy sumiendo a mi familia, estoy a favor de la igualdad pero detesto la música que no sea de mi banda favorita -estadounidense, por supuesto-, soy ateo gracias a Dios, bueno menos cuando mi hijo estuvo en el hospital, pero esa fue una causa de fuerza mayor, de todos modos Dios no existe, fui a la Facultad de Humanidades y mis maestros me obligaban a leer a Galeano, por lo tanto, todos aquellos que osen no pensar exactamente lo que yo les digo que está bien pensar, son unas chinches sin cerebro que hacen lo que otros que no soy yo les dicen que hagan, son ignorantes, estúpidos, imbéciles y otros epítetos que se merecerían, pero como yo soy tan respetuoso, los dejo ser, no vaya a ser que mi ser intelectual y trascendido vaya a caer a su nivel. No, pos' así cómo ...

Alguna vez, el entonces Presidente Fox fue casi crucificado por los medios cuando dijo (o alguien dijo que dijo, ya ni sé), que era mejor no leer tanto los periódicos para no enterarse de las desgracias o de las malas noticias. No lo sé, puede ser, a lo mejor, quién sabe, tal vez. Yo, como todo buen lector hereditario, lo que siempre estoy buscando es el conocimiento perenne y total; pero como todo buen hombre sencillo que aprecia el silencio, lo que más busco es la tranquilidad. No la tranquilidad Camusiana del hombre absurdo, pero sí la eficiente calma que sólo puede darte la estabilidad. No que sean por defecto oponibles ambas nociones, pero no necesito que la vida me de más madrazos que los ya recibidos; no tengo alma ni ánimos de mártir, no voy a cambiar el mundo de un plumazo, pero sí voy a cambiar mi mundo, una cosa a la vez, un paso con cada pie y una palabra por cada frase.

Los sesudos revolucionarios olvidan que nunca ha existido un innovador arrebatado. Por definición, los arrebatados hacen lo mismo de siempre pero lo hacen rápido, al tiempo que un innovador entra cuando tiene que entrar, lo piensa y lo sabe. Un innovador calcula el tiempo propicio para entrar a saltar la cuerda, sin importar quién esté esperando turno. Un arrebatado corre y manotea, un arrebatado trata de que la cuerda gire a su propio ritmo, creyendo que al proferir insultos contra la misma, ésta sabrá quién es el que manda. Por lo mismo, con el tiempo, el innovador prevalece, mientras que el arrebatado quedará tendido en el terreno, enredado en la maraña que él mismo ha creado.

Al final del día viene la noche, y la noche de la estridencia habrá de llegar, ya antes, ya después. En lo que esperamos a que suceda, no queda más que mirar en lontananza, suspirar y llenar el cuerpo de aire para preparar la zambullida. Entrar a leer todos los improperios y mames de que es capaz el ser humano, deslindándose de lo que es esencial para concentrarse en lo que es simplemente vacuo. Mientras tanto, el diablo está ocupado en sus patios traseros ...





¡¡¡ letem bi lait !!!




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