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Cautiva estaba la princesa en su palacio, suspiraba no sabía el porqué. No era un palacio de oro, no era un palacio de cristal, ni siquiera era un palacio en el sentido estricto de la palabra. No había paredes pero tenía el corazón encerrado. Hace mucho tiempo que él príncipe se había convertido en sapo aunque no se había dado cuenta. Pero la princesa sí, las flores que él le daba se condenaban a morir de abandono sobre la mesa, tenía tanto miedo de tocarlas, no queria nada que viniera de él pero no sabía como decírlo. Apenas hablaba, ya no reía y su semblante palidecía cada vez que le daba el sol.
Los perritos pronto correrán en el jardín y la princesa hablará con ellos, son los únicos que podrán escuchar sus sollozos silenciosos. Las rosas ya no florecen como el año pasado y el suéter rojo, su favorito, ha acumulado polvo, no hay razón ya para usarlo. Una libélula vuela hacia el poniente y la princesa la sigue con la mirada.
Ha leído tantas historias de amor que ya no sabe en qué momento la suya torció el camino. Lo peor es que ya no encuentra unos ojos en los que sus propios ojos puedan ser todo lo que son. Los ojos del príncipe sapo saltan y él no lo nota pero cada vez que la mira, a ella se le prensa el corazón. No quiere más un príncipe, ni siquiera un rey o soberano. Quiere tener alas. Quiere poder mirar al sol de frente y con la espalda firme levantar el vuelo y escapar en el quinto mes del año.
Dos flores dio su jardín pero ni eso la hizo sonreir. Dos rosas rojas como sus labios que se erguían orgullosas frente a ella, pero al notar el dejo de tristeza en la mirada color caoba se agachan hasta quedar frente al suelo de verde mármol custodiado por el príncipe sapo.
Un día la princesa despertó con un perfume nuevo en el olfato. Diferente y desconocido pero descaradamente atractivo. Sin saber la razón de su deseo se vistió de rojo y su rostro se iluminó como la luz mas hermosa que el palacio había conocido, el príncipe sapo quedó cegado y nada pudo hacer para impedir su partida. Abril se ha acabado y mayo llega para descubrir en la princesa un mundo nuevo, un futuro con alas que se encamina a su encuentro. Los ojos se buscan, los labios se tocan, las manos se juntan, los cuerpos se pegan y las almas se funden ...
¡¡¡ letem bi lait !!!
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2 comentarios:
La galleta esta triste?
Au contraîre ...
La galleta está muy feliz !!!
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