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Sentado en este sillón rojo, frente a mi Mateo que juega en su estación de actividades y está tan tranquilo después de hacer un tremendo berrinche por no querer dormir, frente a la tele que me costó poco trabajo fijar en la pared usando mi taladro naranja novísimo, escuchando a Astrid en la cocina preparando la leche del bebé y preguntándome qué quiero para cenar, atento al monitor de Rodrigo quien duerme en su cuna lleno de juguetes; justo así comprendo el significado del éxito, como dice John Lennon. Sé que faltan muchas cosas,;sé también que nunca es suficiente; sé sobre todas las cosas que nunca estaré ni estaremos completamente satisfechos, no por nosotros, no, por ellos.
Sentado en este sillón rojo me doy cuenta del tiempo que ha pasado, de la promesa que he roto al no escribir santo y seña de la labor paterna. Me doy cuenta de que mis niños están a punto de cumplir cinco meses de haber llegado a hacer este mundo dos veces más perfecto. Me doy cuenta de que cada día es el principio de todo lo que falta...
Los días dan paso a las semanas que dan paso a los meses sin que les cueste trabajo, no hay descanso y las ojeras y las espaldas arqueadas y las dietas rotas y el poco tiempo libre me hacen, a veces, perder un poco de perspectiva. Lo más importante, lo mejor de mi vida tiene nombre y apellido -o nombre de mujer nórdica y nombre de hombre hebreo, como se quiera ver-. Astrid es mi fuente y mi larguedad de miras, es mi quilla y mi arena, la sangre de mis venas y el aire de mis velas. El origen de Todo Lo Bueno que existe en este mundo, mi mundo es ella. Mi mundo es ella. Todo lo que soy se resume en ella, y en ellos, claro, pero la génesis de Mateo y de Rodrigo pasa por su mamá necesariamente.
Hoy cumple años, los suficientes. Los necesarios para hacer realidad nuestro sueño. Uno de ellos, el segundo y más grande hasta ahora. No quiero, ni hoy ni nunca, dejar pasar la oportunidad de hacer constar en todas y cada una de las plataformas posibles que la amo. Que la extraño y que va conmigo a cada paso que doy. Que todo lo que soy. Todo lo que tengo se lo debo a ella y lo he logrado por ella... y lo que falta, por supuesto.
Hoy, sentado en este sillón rojo, mis ojos más enamorados que nunca no se pueden apartar de los suyos. Nunca más...
¡¡¡ Letem bi lait !!!
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lunes, 12 de diciembre de 2011
... Origen y destino ...
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